ACTION BIOSCIENCE
Bookmark and Share

Cierre de Playas: Ciencia Versus Percepción Pública

Erika T. Jensen y Sandra L. McLellan

articlehighlights

El cierre de playas es cada vez más frecuente, pero el público no está recibiendo información correcta que le ayude a involucrarse y colaborar en la solución del problema. Los medios masivos deben:

  • Proporcionar información basada en evidencia fáctica de carácter científico
  • No dejarse influenciar por factores políticos y económicos
  • Trabajar con los científicos para obtiene datos y hechos

September 2009

spbeachpic.jpg

Fotógrafo: JC, Creative Commons

En la era de la comunicación masiva, no es de asombrarse que en la sociedad actual los medios de comunicación se constituyan en una fuerza extraordinariamente influyente y poderosa. Las investigaciones han mostrado que los periódicos son la fuente principal de noticias sobre el medio ambiente1.

La gente piensa que una playa estéticamente bella es una playa limpia.

Un estudio realizado en 2001 sobre cubrimiento de medios y percepción pública del cierre de playas en el sur de California:

  • Estableció que el 74% de los residentes del área obtenían la información sobre el particular en los medios2.
  • En el estudio se concluía que la percepción del público sobre la calidad del agua de las playas por lo general no coincide con las condiciones ambientales reales.

La percepción inicial de una persona sobre la calidad del agua a menudo se basa totalmente en las características estéticas del agua y del entorno circundante. Aspectos tales como el color, la claridad, el olor y la presencia de material de desperdicio (basura y detrito) influye en la opinión de las personas sobre la calidad del agua, aun cuando estos rasgos estéticos por lo general tienen poca o ninguna relación con la calidad física, química y biológica real del sistema acuático3. La información que se publica en los medios poco hace por ilustrar correctamente al público sobre éstas y otras ideas equivocadas.

La gente se entera de la contaminación de las playas por los medios masivos después de ocurridos los hechos.

Infortunadamente, la imagen que presentan los medios sobre los temas ambientales por lo general se produce como reacción a hechos desastrosos. Es así como el público en general recibe información sobre las amenazas ambientales con posterioridad a los hechos, y por eso no puede ejercer influencia y obrar de manera proactiva en el proceso político4, especialmente cuando se trata de problemas relacionados con la salud pública. En términos generales, la gente en Estados Unidos se siente insatisfecha con la calidad del agua, aunque le concede mayor importancia a las preocupaciones sociales y económicas. Es solo cuando los problemas relacionados con la calidad del agua se convierten en un asunto de salud pública -como cuando cierran las playas por contaminación fecal—, que gel tema de la calidad del agua se torna prioritario5. Por ello es vital que las políticas y prácticas de gestión de los recursos hídricos estén fundamentadas en información científica sólida y no en informaciones transmitidas a través de los medios masivos que parecen producto del azar e incluso a veces contradictorias.

La función de los medios consiste en proporcionar información correcta y completa sobre los temas ambientales.

La mayoría de los americanos depende de los medios para comprender temas ambientales complejos6. Los medios noticiosos como los diarios, la radio, la televisión e internet tienen la capacidad de comunicar información a audiencias vastas y diversas; por lo tanto, estas entidades tienen la oportunidad de educar al público sobre los temas atinentes a la calidad del agua, y también la responsabilidad de utilizar fuentes objetivas, correctas y creíbles cuando se trata de transmitir la información pertinente.

Hemos examinado el cubrimiento de medios de un tema ambiental muy delicado: el cierre de playas en el área de Milwaukee, Wisconsin. Durante los últimos años, en esta zona de los Grandes Lagos se han producido numerosos cierres de playas, y la comunidad se encuentra bajo un intenso escrutinio público debido a los vertimientos periódicos de aguas servidas parcialmente tratadas o sin tratar que periódicamente se realizan en las aguas del Lago Míchigan. Nos propusimos entender la falta de conexión que existe entre la percepción del público y los riesgos de salud reales porque esto tiene consecuencias directas e indirectas en los recursos de nuestras comunidades. La percepción pública sobre el riesgo afecta la manera en que la gente utiliza el agua para propósitos tanto domésticos como recreativos, lo que a su vez influye en la manera en que los municipios estructuran sus políticas de manejo de recursos hídricos5.

Ley del Congreso sobre playas [The BEACH Act]

En respuesta a las preocupaciones cada vez mayores del público en torno a la calidad de las aguas costeras, en el año 2000 el Congreso de Estados Unidos expidió la Ley de Diagnóstico Ambiental y Salud Costera de las Playas (BEACH por sus siglas en inglés), con el fin de disminuir o eliminar los peligros para la salud mediante la reducción de la exposición del público a aguas costeras de uso recreativo potencialmente contaminadas con materia fecal.

La vigilancia cada vez más rigurosa ha conducido a que aumente el cierre de playas en todo el país.
  • La ley BEACH ordena que en las masas de agua con fines recreativos se vigilen los niveles de bacterias indicativas como son el total de coliformes, enterococos o Escherichia coli (E. coli).
  • Actualmente, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) recomienda que se expidan las advertencias del caso sobre la calidad del agua cuando los niveles de las bacterias indicativas sobrepasen cierto límite; para E. coli —el indicador más usado en materia de calidad de agua dulce—, el límite recomendado es de 235 unidades formadoras de colonias (UFC) en 100 mililitros de agua.

Estas bacterias “indicativas” se emplean para evaluar el riesgo potencial para la salud pública, dado que se encuentran en las vías gastrointestinales de todos los animales de sangre caliente. Su presencia en aguas de superficie indica contaminación fecal7. Las bacterias indicativas no necesariamente presentan un riesgo directo para la salud de los humanos pero sí sugieren la existencia de patógenos peligrosos como la salmonella, la shigella, los noravirus, los enterovirus, el cryptosporidium y la guiardia, los cuales se encuentran en fuentes humanas y no humanas de contaminación fecal y se consideran amenazas para la salud8.

Fuentes de contaminación bacteriana

Son varias las fuentes de contaminación que pueden tener impacto sobre las playas.

La contaminación bacteriana de las aguas costeras es causada por una combinación de fuentes puntuales y no puntuales. Si bien las fuentes puntuales de contaminación bacteriana (como por ejemplo la industria y las instalaciones de tratamiento de aguas servidas) son significativas, las fuentes no puntuales de contaminación representan una amenaza mucho mayor para la integridad de las masas de agua recreativas pues contienen una mezcla diversa de contaminantes químicos y biológicos, además de que se descargan desde numerosos sitios indefinidos dentro de una determinada cuenca. Los contaminantes se acumulan en las aguas lluvias a medida que son arrastradas desde superficies impermeables y descargadas en las vías fluviales locales. A medida que aumenta la urbanización de las áreas costeras de la nación, la contaminación de las vías fluviales por aguas lluvias se convierte en un problema cada vez mayor. En un informe presentado al Congreso, la EPA afirma que las fuentes de contaminación no puntuales son la amenaza más grande para la calidad del agua9. Los siguientes son ejemplos de fuentes de contaminación puntuales y no puntuales:

  • Rebosamiento de aguas servidas (SSO por sus siglas en inglés)
  • Rebosamientos de alcantarillados combinados (CSO por sus siglas en inglés)
  • Sistemas sépticos
  • Descargas de residuos de botes
  • Escorrentía urbana de aguas lluvias
  • Escorrentía agrícola
  • Desechos fecales de mascotas domésticas y de fauna silvestre

Riesgos para la salud humana

La escorrentía de aguas lluvias es la principal amenaza para la salud pública.

La contaminación por materia fecal se atribuye principalmente a los rebosamientos de aguas servidas y constituye la principal amenaza contra la salud pública porque los humanos somos reservorios de patógenos como bacterias, protozoos y virus10. Los desechos fecales de los animales también son fuente de preocupación, ya que contienen patógenos como el cryptosporidium, la E. coli 0157:H7 o la salmonella y pueden entrar a las masas de agua que se usan con fines recreativos a través de escorrentía contaminada11. Las estadísticas epidemiológicas demuestran que la gastroenteritis, así como la inflamación de los ojos, oídos, piel, membranas nasales y vías respiratorias superiores se asocia con la actividad de nadar en aguas contaminadas con aguas servidas. Las probabilidades de sufrir de estos síntomas aumenta con la concentración de la contaminación y la duración de la exposición a aguas contaminadas12.

Se necesitan mejores técnicas para detectar patógenos en aguas que se usan con fines recreativos.

Dada la complejidad de los sistemas de aguas de superficie y de los peligros potenciales asociados con los contaminantes biológicos, se necesitan mejores herramientas para evaluar la calidad del agua a nivel regional en las zonas costeras.

  • Estudios realizados en el pasado han demostrados que es difícil detectar contaminantes biológicos a todo lo largo de grandes distancias debido a la dilución y a su corta supervivencia en grandes extensiones de agua como el Lago Míchigan13.

  • En tales estudios se mostró que la contaminación en sitios de playa se asocia con mayor frecuencia con fuentes localizadas de contaminación como son las escorrentías de aguas lluvias que salen a través de bocas de descarga localizadas en las inmediaciones de la playa, a diferencia de eventos de contaminación regional como son los rebosamientos de aguas servidas que son más difusos y cuyo impacto se extiende a porciones mucho mayores de la región cercana a las orillas del Lago Míchigan.

  • En estudios realizados en playas del Lago Míchigan se ha encontrado que los niveles elevados de E. coli a menudo se correspondían con eventos de lluvia y se atribuían a la presencia de grandes poblaciones de aves costeras y de escorrentía de aguas lluvias descargadas desde bocatomas y provenientes de superficies impermeables de las zonas circunvecinas a las áreas de nado13. En consecuencia, los influjos localizados de contaminación pueden contribuir a confundir la detección de eventos regionales de contaminación, lo cual dificulta evaluar los riesgos potenciales para la salud. De modo que el simple examen para detectar la presencia del organismo indicador E. coli —que no sobrevive durante largos períodos en el Lago Míchigan— puede ser insuficiente. Uno de los estudios mostró una reducción del 90% en la bacteria fecal indicadora en un lapso de 6 a 8 horas después de haber sido liberada al Lago Míchigan14. Es difícil detectar el destino final de los rebosamientos de aguas servidas y de aguas lluvias pues queda distribuido en la región cercana a las orillas, por lo cual se necesitan métodos más avanzados para detectar los grandes episodios de contaminación de agua en los Grandes Lagos.

El cubrimiento de los temas ambientales en los medios y la percepción pública

Los temas ambientales despiertan resistencia económica y política.

Para la persona del común es sumamente difícil determinar cuán buena es la calidad del agua en una playa local, de modo que acude a los medios para obtener información sobre las condiciones de las aguas costeras.1 Sin embargo, los problemas ambientales constituyen un desafío para los reporteros, ya que representan el choque entre el desarrollo urbano y los intereses conservacionistas y, en consecuencia, frecuentemente despiertan resistencia política y económica15. En todo el país se han conducido numerosos estudios orientados a investigar las causas del cierre de playas. Las investigaciones realizadas en playas urbanas en Huntington Beach, California; Milwaukee, Wisconsin; y Chicago, Illinois han concluido que la escorrentía de aguas lluvias y las poblaciones de aves residentes aportan cargas sustanciales de E. coli a las áreas de playa y por lo tanto son los principales factores determinantes de la calidad de las aguas en las playas de estos sitios.13,17-19 Con todo, en muchos de estos casos, los medios han culpado de la contaminación a los rebosamientos de aguas servidas.

Existe una disparidad entre el cubrimiento de los medios y la evidencia científica.

La investigación sugiere que el cubrimiento que hacen los medios de los temas ambientales a menudo resulta de un compromiso entre la evidencia científica y los intereses económicos16. Teniendo en cuenta que los periódicos en Estados Unidos dependen sustancialmente del apoyo económico de sus anunciantes, no están interesados desde el punto de vista financiero en publicar artículos que entren en conflicto con los puntos de vista de sus principales auspiciadores. Por ejemplo, un estudio reciente sobre el cubrimiento del cambio climático en los medios determinó que, no obstante la evidencia científica que señala este tema como uno de los problemas ambientales más urgentes, la validez de esta teoría científica sigue siendo cuestionada en los medios, aunque muy raramente entre los científicos especializados en la materia15. El autor de este estudio analizó el contenido de 100 artículos sobre el efecto de invernadero y estableció que la perspectiva de los grandes empresarios, en este caso los de los combustibles —entre los cuales figuran los empresarios del carbón, del petróleo y de la industria automotriz— se discutía ampliamente. Entre tanto, el punto de vista científico que por lo general se transmitía al público correspondía al 1% que todavía pone en duda la afirmación de que el calentamiento global es real. Infortunadamente, este fenómeno no se limita al tema del calentamiento de la tierra sino que es una característica común del cubrimiento de los temas ambientales, especialmente de aquellos que tienen implicaciones económicas15.

Los medios no siempre proporcionan información equilibrada.

Además, el uso de los medios masivos para comunicar riesgos ambientales puede ser problemático porque los periódicos no son necesariamente fuentes de información equilibrada. Por presiones de tiempo, los periodistas deben entregar rápidamente sus historias e invierten un mínimo en consultar documentos técnicos. Prefieren basarse es sus informantes claves, que pueden llegar a sesgar su interpretación de los datos científicos1.

En consecuencia, el público se encuentra confundido sobre las causas de la contaminación de las playas.

Aun con la publicidad reciente y la evidencia científica que documenta el impacto severo de las aguas lluvias contaminadas en las áreas costeras, la gente continúa percibiendo el rebosamiento de aguas servidas, las grandes industrias y la basura como las fuentes principales de contaminación bacteriana en los sistemas costeros5. Sin embargo, la evidencia muestra que las aguas lluvias son la principal amenaza para la calidad del agua en Estados Unidos9. La urbanización de las zonas costeras ha conducido a que se produzca un aumento drástico en la escorrentía de aguas lluvias y en la degradación consecuente de la calidad del agua en las zonas costeras. Dada la información confusa y de alguna manera engañosa que se publica en los medios sobre la contaminación del agua, no es de asombrarse que al público se le dificulte reconocer cuáles son las principales fuentes de contaminación fecal en las aguas de superficie.

Estudio de caso: Milwaukee, Wisconsin

Milwaukee es un buen ejemplo de desinformación sobre la contaminación de las playas.

La percepción de que las aguas servidas portadoras de desechos humanos constituyen la fuente principal de contaminación de las playas no se limita a la prensa popular. De hecho, en un informe del Natural Resources Defense Council (NRDC) publicado en 2004 se listaba el porcentaje de advertencias sobre la calidad del agua en las playas de Milwaukee, Wisconsin, atribuibles a la contaminación por aguas servidas: 62% en 2000, 100% en 2001 y 90% en 2002.11. La información publicada en el informe del NRDC acerca de que el 100% de las advertencias sobre la calidad del agua se debían a contaminación por aguas servidas es cuestionable a la luz de los estudios científicos conducidos en una de las locaciones. South Shore Beach ha producido el mayor número de advertencias sobre la calidad del agua de todas las playas del área y fue objeto de un extenso estudio que comprendió 40 análisis realizados entre 2001 y200313. Allí se demostró que los impactos en South Shore Beach se originan en fuentes locales de contaminación y que muy raramente sufre los efectos de eventos regionales de contaminación como son los rebosamientos de aguas servidas. Tales conclusiones se apoyan en varias evidencias:

Los informes de los medios entraban en contradicción con los estudios científicos.
  • Los análisis espaciales de calidad del agua que cubrían las áreas cercanas a las orillas demostraban que los altos niveles de E. coli se limitaban a los primeros 10 metros a partir de la línea costera.

  • Los niveles de E. coli aguas adentro (50 a 150 metros) se encontraban por debajo de los límites detectables.

  • Los niveles de bacterias detectados en la escorrentía de aguas lluvias recogida directamente del estacionamiento se encontraban entre los 9.000 y 100.000 E. coli por 100.000 mililitros.

  • El estacionamiento cubre casi dos manzanas de superficies impermeables que drenan en el área de playa a través de una rampa para botes.

  • Los estudios de detección de bacterias revelaron que los niveles elevados de E. coli encontrados en el área de nado eran atribuibles a las poblaciones de gaviotas de Delaware y otras aves silvestres, y a la escorrentía de aguas lluvias.

De los 48 artículos de prensa analizados durante el estudio, el 40% concluía que las aguas servidas constituían la fuente principal de contaminación bacteriana de las playas en el sudeste de Wisconsin, independientemente de que no hubiera evidencia científica que respaldara tales afirmaciones. Más aún, en el 50% de los artículos publicados se expresaban dudas sobre la premisa científica de que el cierre de las playas era causado por fuentes locales de contaminación, a pesar de que se disponía de evidencia científica sobre la correlación directa entre las grandes poblaciones de aves silvestres y la escorrentía de aguas lluvias urbanas, y los elevados niveles de bacterias en las aguas cercanas a la línea costera.

Conclusión

La percepción del público sobre la calidad del agua tiene implicaciones directas en el comportamiento de los individuos y, en últimas, en la integridad del entorno natural2. El cierre de playas comporta problemas ambientales complejos con consecuencias económicas y de salud pública. Muchas comunidades costeras dependen del ingreso generado por el turismo durante la temporada de playa, y en consecuencia las advertencias sobre la calidad del agua en las playas locales pueden tener un impacto devastador en su economía. Además, el público se muestra cada vez más pesimista frente a la calidad de las aguas costeras debido al aumento de los cierres de playas y de las advertencias que se emiten en todo el país. Por eso necesita estar mejor informado:

Los científicos deben ayudar a educar a los medios para que el público esté bien informado.
  • La gente debe recibir información correcta y sin sesgos sobre las principales amenazas que afectan a las masas de agua costeras para que pueda contribuir a mejorar su calidad en esas regiones.
  • Los científicos deben contribuir a educar a los periodistas y al público para que puedan entender mejor los problemas ambientales. En aras de cerrar esta brecha entre el conocimiento científico y la percepción pública, los científicos pueden ayudar respondiendo a las solicitudes de información provenientes de los medios, participando en foros públicos y utilizando los sitios en la red informática para educar.

A partir de su exposición a información correcta, de sus experiencias personales y de su persistencia, la gente se informará mejor sobre las verdaderas amenazas contra el medio ambiente y quizás altere sus actividades cotidianas en conformidad.

Erika Jensen, M.S. y Sandra L. McLellan, Ph.D. son científicas vinculadas al Great Lakes WATER Institute de la Universidad de Wisconsin, Milwaukee. Jensen participa en investigaciones de detección de contaminación en aguas de superficie, así como en programas de divulgación y educación ambiental. En 2002 recibió un Máster en Recursos Hídricos en la Escuela de Asuntos Públicos y Ambientales de la Universidad de Indiana, Bloomington. También participó en esfuerzos educativos sobre el medio ambiente marino y organismos acuáticos dirigidos al público cuando trabajaba en la Sociedad del Acuario de Seattle, Washington.
http://www4.uwm.edu/gis/people.cfm

La investigación de McLellan se centra en las conexiones entre los procesos ambientales y la salud humana. Existe una compresión limitada de la genética de poblaciones y de la ecología de los organismos que causan enfermedades a medida que se desplazan a través de los reservorios, particularmente en los ecosistemas marinos y de agua dulce. El conocimiento sobre los factores que impulsan o contienen el ciclo de las enfermedades en estos sistemas es crítico para entender y limitar su transmisión a través de las aguas de superficie contaminadas. McLellan obtuvo su Ph.D. en Universidad de Cincinnati en 1998.
http://www.wicci.wisc.edu/mclellan.php

Cierre de Playas: Ciencia Versus Percepción Pública

Estas referencias están en inglés. Las referencias no han sido traducidas al español dado que la mayoría de los artículos citan fuentes en el idioma inglés.

  1. Wakefield, E. L., and J. Elliott. 2003. Construction the news: The role of local newspapers in environmental risk communication. The Professional Geographer 55: 216-226.
  2. Pendleton, L., N. Martin, and D. G. Webster. 2001. Public perceptions of environmental quality: A survey study of beach use and perceptions in Los Angeles County. Marine Pollution Bulletin 42: 1155-1160.
  3. House, M. A. 1996. Public perception and water quality management. Water Science Technology 34: 25-32.
  4. Ohkura, Y. 2003. The roles and limitation of newspapers in environmental reporting. Case study: Isahaya Bay land reclamation project issue. Marine Pollution Bulletin 47: 237-245.
  5. O’Connor, R. E., R. J. Bord, and A. Fisher. 1994. Perceptions of fresh water. National Geographic Research and Exploration 10: 318-341.
  6. Hannigan, J. A. 1995. Environmental Sociology . New York: Routledge.
  7. Environmental Protection Agency. 2000. Improved enumeration methods for recreational water quality indicators: Enterococci and Escherichia coli. Washington, DC: Office of Science and Technology, EPA/821-R-97/004.
  8. Moe, C. 2002. Waterborne transmission of infectious agents. In C. J. Hurst, R.L. Crawford, G. R. Knudsen, M. J. McInerney, and L.D. Stetzenbach (eds). Manual of Environmental Microbiology, 2nd ed, pp. 184-204. Washington, DC: ASM Press.
  9. Environmental Protection Agency. 2000. The quality of our nation’s waters. Washington, DC: Office of Water, EPA/841-S-00-001.
  10. Toranzos, G. A., and G. A. McFeters. 1997. Detection of indicator microorganisms in environmental freshwaters and drinking waters. In C. J. Hurst, G. R. Knudsen, M. J. McInerney, L. D. Stetzenbach, and M. V. Walter (eds). Manual of Environmental Microbiology. Washington, DC: American Society for Microbiology.
  11. Dorfman, M. 2004. Testing the Waters 2004: A Guide to Water Quality at Vacation Beaches.Natural Resources Defense Council. http://www.nrdc.org/water/oceans/ttw/titinx.asp (accessed Apr. 21, 2005)
  12. Alexander, L. M., D. Wheeler, and A. Heaven. 1991. Recreational water quality and health: Can better management promote better health for all? Proceedings of the International Conference on Environmental Pollution, April 1991, Lisbon, Portugal. Environmental Pollution ICEP-1: 591-599.
  13. McLellan, S. L., and A. K. Salmore. 2003. Evidence for localized bacterial loading as the cause of chronic beach closings in a freshwater marina. Water Research 37: 2700-2708.
  14. Zanoni, A. E., W. J. Katz, H. H. Carter, and R. C. Whaley. 1978. An in situ determination of the disappearance of coliforms in Lake Michigan. Journal of the Water Pollution Control Federation 50: 321-330.
  15. Dispensa, J. M., and R. J. Brulle. 2003. Media’s social construction of environmental issues: Focus on global warming—a comparative study. International Journal of Sociology and Social Policy 23: 74-105.
  16. Nissani, M. 1999. Media coverage of the greenhouse effect. Population and Environment 21: 27-43.
  17. Fogarty, L. R., S. K. Haack, M. J. Wolcott, and R. L. Whitman. 2003. Abundance and characteristics of the recreational water quality indicator bacteria Escherichia coli and enterococci in gull feces.Journal of Applied Microbiology94: 865-878.
  18. Grant, S. B., et al. 2001. Generation of enterococci bacteria in a coastal saltwater marsh and its impact on surf zone water quality. Environmental Science and Technology 35: 2407-2416.
  19. US Geological Survey. 2003. Bacterial contamination at Huntington Beach, California: Is it from a local offshore wastewater outfall? USGS Fact Sheet 024-03.

Advertisement



Understanding Science