puntos
principales
del
artículo
Hasta hace muy poco tiempo,
muchas especies de las Montañas
Foja permanecían desconocidas.
-
En un solo mes del año
2005, más de cuarenta nuevas
especies fueron descubiertas.
-
Las montañas que estas
especies habitan no han sido
tocadas por las actividades
humanas.
-
Esta área necesita un
plan de conservación con el
fin de proteger sus elementos
únicos y su valor tanto para
la ciencia como para la gente
de Nueva Guinea.
entrevista |
|
En Noviembre y Diciembre
del año 2005, un equipo
de naturalistas de campo
de Indonesia,
Norteamérica, Inglaterra
y Australia, llevaron a
cabo el primer
inventario comprensivo
de biodiversidad de las
Montañas Foja, un rango
montañoso aislado en el
norte de Papua,
provincia de Nueva
Guinea del oeste
(Indonesia) (ver Figura
1).
El equipo de 20 personas
pasó un mes en las Fojas,
inventariando plantas,
ranas, reptiles,
mariposas, mamíferos y
aves, documentando a más
de 40 especies nuevas en
este rincón poco
estudiado del mundo
tropical. Estos
asombrosos
descubrimientos fueron
la culminación de años
de esfuerzos y
planificación. El co-investigador
líder del proyecto
comenzó la planificación
de esta expedición en
1982. Este período de 23
años para el proyecto da
una buena idea de los
retos políticos
necesarios para obtener
permisos para hacer el
trabajo de campo en esta
área de inaccesibilidad
casi absoluta. Todos los
miembros del equipo
estuvieron de acuerdo en
que los resultados
despampanantes son
prueba suficiente del
valor del proyecto, de
que valió la pena la
larga espera y de que
todo el gran esfuerzo
que se llevó a cabo para
hacerlo posible fue bien
invertido y justificado. |
La búsqueda de un mundo
perdido
La historia de la Foja
comienza a mediados de
la década de 1890,
cuando un cargamento de
aves preservadas, que
tenían la intención de
ser usadas para adornar
a sombreros femeninos,
llegó a Europa desde
Nueva Guinea. Algunos de
los especimenes más
peculiares en este
cargamento fueron
removidos por el
comerciante holandés que
los recibió y éste los
envió a varios
naturalistas europeos
prominentes en esa época.
Lord Walter Rothschild,
en Inglaterra, recibió
un capulinero o
ptilonorhynchido (familia
Ptilonorhynchidae,
“bowerbird” en ingles)
poco usual; igualmente,
un ave del paraíso
blanca y negra fue
enviada a una colección
de historia natural en
Alemania. Poco después,
estas aves fueron
descritas como especies
nuevas para la ciencia
por Rothschild y por el
eminente ornitólogo Otto
Kleinschmidt
respectivamente. Ellos
notaron lo siguiente:
|
|
-
El capulinero se
distinguía por tener
una gran cresta
eréctil de plumas
doradas que se
estrechaban desde la
frente hasta la nuca.
-
El ave del paraíso
exhibía una curiosa
mezcla de caracteres
encontrados
anteriormente en dos
especies ya descritas
de aves del paraíso de
seis alambres.
-
Más importante,
ninguno de los
especimenes vinieron
de localidades
identificadas, pero se
asumió que ambos se
originaron de alguna
parte de las montañas
de Nueva Guinea
occidental, en ese
entonces una colonia
holandesa.
En las décadas
siguientes, un número de
ornitólogos llevaron a
cabo expediciones a
Nueva Guinea occidental
con el fin de descubrir
el rango original de
estas especies
singulares. Ciertamente
los investigadores
deseaban conocer más
sobre estas dos
“especies perdidas,”
pero indudablemente, una
de las fuerzas
motivadoras principales
fue que, quien
encontrara al rango
original de estas
misteriosas especies de
aves, podría encontrar
especies adicionales
nuevas para la ciencia,
lo cual es la meta
principal de la mayoría
de las expediciones.
Aquellos que se
aventuraron a Nueva
Guinea en búsqueda de
estos hábitats
montañosos, examinaron
con detenimiento a un
número de cadenas
montañosas aisladas y a
varias islas montañosas
adyacentes, pero sin
resultado.1 El misterio
del capulinero de frente
dorada (golden fronted
bowerbird) fue
finalmente resuelto en
1979 por el biólogo
Jared Diamond, quien con
un pequeño equipo de
investigadores, se
transportó en
helicóptero a las partes
altas de las Montañas
Foja en Papua del norte
(en ese entonces llamada
Irian Jaya). Él observó
que esta especie:
-
Construye estructuras
terrestres distintivas,
llamadas “bowers” en
inglés, como parte de
su cortejo nupcial y
que éstas son creadas
por los capulineros
usando musgos y
ramitas y que son
decoradas con frutas
azules y amarillas;
-
Construye docenas de
estas torres nupciales
en las cumbres de los
riscos de elevación
media de las Montañas
Foja.
El maravilloso
descubrimiento de
Diamond fue recibido con
una cobertura de prensa
considerable en los
países occidentales y el
artículo que reportó el
redescubrimiento de la
especie de capulinero
fue utilizado en la
portada de la revista
científica Science.2
Diamond también
recolectó evidencia que
insinúa que el ave
perdida del paraíso
podría habitar también
las Montañas Foja,
aunque la solución a
este misterio tendría
que esperar nuestra
visita a las Fojas en el
año 2005.
La expedición del año
2005
Poco después del
descubrimiento de
Diamond, comencé a hacer
planes para llevar a
cabo un inventario
comprensivo de las
Montañas Foja. Con esto
en mente, visité a
Indonesia varias veces,
llevando a cabo tres
sobrevuelos de la cadena
montañosa. También llevé
a cabo discusiones con
una variedad de grupos
tanto gubernamentales
como no gubernamentales.
Así comenzaron más de
dos décadas de falsos
comienzos y períodos de
espera con el fin de
acumular todas las
piezas necesarias para
poder llevar a cabo esta
misión tan compleja,
costosa y difícil.
En el año 2003 me reuní
con el colíder del
proyecto, Stephen
Richards del Museo de
Australia del Sur, con
el fin de reformular
nuestros planes a raíz
de evidencia de una
mejora en el clima
político de Indonesia.
Nuestros esfuerzos
redoblados produjeron
resultados en el 2005,
cuando nuestro equipo
multi-institucional
recibió de Indonesia la
aprobación preliminar
para nuestro plan.
Entonces comenzamos a
trabajar intensamente,
presionando la obtención
de permisos del gobierno,
aumentando los esfuerzos
en la búsqueda de fondos
adicionales y haciendo
espacio en nuestros
calendarios de viaje
personales para
incorporar esta
oportunidad única que
generalmente se da una
sola vez en la vida. En
Octubre, los dueños
locales de tierras en la
zona del proyecto nos
dieron autorización para
llevar a cabo nuestro
viaje de campo. El
equipo internacional
arribó en Yakarta en
Noviembre, finalizando
poco después los últimos
permisos nacionales y
provinciales necesarios.
Solo quedaba un último
obstáculo. El equipo no
podría adentrarse a las
brumosas montañas de las
Foja sin un helicóptero,
y los helicópteros eran
contados y costosos en
Papua en el 2005. A
través de varias
negociaciones indirectas
con varias instituciones
asociadas a nuestro
proyecto, la
organización de
servicios evangélicos
llamada Helimission
estuvo de acuerdo en
alquilarnos uno de sus
helicópteros,
proveyéndonos de sus
incomparables pilotos
para el reto de la
bajada y la recogida en
las montañas. En este
punto, estábamos listos
para comenzar.
El equipo de trabajo y
sus copiosos suministros
y equipo fueron
transportados a mediados
de Noviembre en un avión
Cessna unimotor hasta el
aeropuerto pequeño de
Kwerba, en las faldas de
la cadena montañosa.
Dividimos a nuestro
numeroso grupo en un
equipo de inventario de
bosque de colina y uno
de montaña:
-
El equipo de colina
estableció a pié
campamentos en los
bosques de las colinas
al noreste de Kwerba.
-
El
22 de Noviembre, el
equipo de montaña
subió en helicóptero
hasta un claro
cenagoso en el bosque
montano a 1.650 metros
sobre el nivel del
mar, en el corazón del
interior de Foja.
Estar a 1.650 metros de
altura en las Montañas
Foja fue como un sueño
vuelto realidad para el
equipo de seis
investigadores: el
botánico Wayne Takeuchi,
el lepidopterólogo Henk
van Mastrigt, los
herpetólogos Steve
Richards y Burhan
Tjaturadi, el mamólogo
Kris Helgen, y el
ornitólogo Bruce Beehler. El vuelo en helicóptero
duró 30 minutos hasta
llevarnos a una |
sección
de bosque húmedo
tropical montano que no
mostró ninguna evidencia
de haber sido impactado
por el hombre: no habían
carreteras, senderos,
basura, aldea,
televisión o radio.
Raramente observamos a
un avión jet de
pasajeros pasar por las
alturas, perturbando
brevemente nuestro
aislado ambiente
silvestre. Nuestros seis
guías locales,
pertenecientes a las
aldeas Kwerba y Papasena,
estaban tan asombrados
como nosotros. Ellos nos
aseguraron que nunca
habías visitado a esta
región del interior de
la Cordillera Foja. La
vida silvestre, en
muchas instancias,
estaba notablemente
incauta, lo cual es
inusual en un lugar como
Nueva Guinea, donde la
cacería de subsistencia
es crónica y penetrante.
Las aves volaban
alrededor de nuestro
campamento y cantaban
lujuriantes desde los
árboles cercanos. Una
rata gigante nos visitó
cada noche para
recolectar sobras. Más
notable aún, durante una
tarde lloviznosa, la tan
perdida ave del paraíso
llevó a cabo su
complicado cortejo
terrestre a plena vista
de nuestra rústica mesa
de comedor.
|
|
Nuestro equipo de 12
personas trabajó día y
noche por 15 días, con
el fin de aprender tanto
como pudimos sobre la
historia natural de esta
cadena de montañas
asombrosamente prístina
y aislada.3 Mientras que
el equipo de colina
encontró que el bosque
de su área apoyaba en su
mayoría a especies
comunes y de amplia
distribución (las cinco
probables especies
nuevas de palmas fueron
la excepción a esta
regla), nuestro equipo
de montaña encontró a un
mundo de novedades
biológicas:
-
Hasta 20 posibles
nuevas especies de
ranas;
-
De 5 a 10 especies
nuevas de plantas;
-
5 nuevas especies de
mariposas;
-
Varias posibles nuevas
especies de mamíferos,
incluyendo a un
mamífero grande (el
canguro arborícola de
manto dorado) nuevo
para la lista nacional
de Indonesia;
-
Una especie nueva de
ave: el comedor de
miel manchado de
barbas;
-
La “perdida” ave del
paraíso de Berlepsch (ver
Figura 2)
Es más, creemos que
existen docenas de
especies nuevas
adicionales en estos
grupos taxonómicos que
se podrían encontrar con
un esfuerzo adicional.
Un llamado a la
conservación
Encontrar especies
nuevas en los bosques
húmedos tropicales no es
un evento raro. Entonces,
¿Qué tiene de asombrosa
esta expedición y sus
descubrimientos? ¿Por
qué debemos asegurarnos
que este mundo perdido
de la biodiversidad
permanezca intacto?
-
Cuando se complementa
con el asombroso
descubrimiento de más
de cincuenta especies
marinas nuevas en las
aguas apenas al oeste
de las Montañas Foja,4
la escala de los
descubrimientos de
biodiversidad que
provienen de Nueva
Guinea es asombrosa.
La organización
Conservación
Internacional, la cual
patrocinó y llevó a
cabo tanto los
estudios de campo
terrestres como los
marinos, está
proponiendo nuevos
estudios de campo, los
cuales están
claramente
justificados. Hoy,
Papua puede ser
considerada como el
“mundo perdido” para
la biodiversidad
novedosa y la
situación es tal que
un inventario
biológico a nivel de
provincia (tanto
marino como terrestre)
está justificado.
Quizás apenas un 50%
de las especies de
ranas de Nueva Guinea
han sido descritas.5
-
Esto ofrece una
oportunidad para la
colaboración
institucional y para
el entrenamiento de
nuevos estudiantes de
campo, beneficiando a
Indonesia y a la
ciencia de campo
tropical. Un programa
de gran escala y
múltiple años de
inventarios de campo,
apareando a
científicos de
Indonesia e
internacionales con
estudiantes de
investigación locales,
montaría el escenario
para un renacimiento
de los estudios de
campo para esta
importante pero poco
estudiada región del
mundo tropical. Esto,
a su vez, podría
llevar a una expansión
del ecoturismo en la
Provincia, proveyendo
así beneficios
económicos locales.
-
La expansión de las
investigaciones de
campo y del ecoturismo
podría impulsar un
proceso de
planificación para la
conservación que
podría ayudar a la
región de Papua a
diseñar y manejar una
red de parques de
bosque y marinos que
podría convertirse en
la envidia del mundo
tropical. Esto
ayudaría en gran
medida en el
tratamiento de las
crecientes amenazas de
la cacería furtiva, la
sobre-cacería y el
desarrollo desmedido
de las operaciones de
tala de árboles y de
las plantaciones. En
Papua, existe campo
para el desarrollo y
para la conservación,
siempre y cuando ambos
estén guiados por una
cuidadosa
planificación y manejo
de estos recursos. Aún
hay tiempo de tomar
estos pasos.
La buena noticia es que
las Montañas Foja ya son
parte del sistema
nacional de santuarios
de vida silvestre de
Indonesia. Sin embargo,
debe notarse que las
Fojas también son parte
de las tierras
tradicionales de varios
grupos de pobladores del
bosque, los cuales
habitan los piedemontes
que rodean a la
cordillera. Los bosques
constituyen el
patrimonio de estas
comunidades, es decir,
su principal fuente de
riqueza. La gente local
obtiene del bosque alto
de las Fojas lo
siguiente:
-
Su agua pura para
beber;
-
Su vida silvestre como
alimento, tales como
cerdos, casuarios,
walabíes y canguros
arborícolas;
-
Peces de los ríos;
-
Fibra y materiales de
construcción de los
bosques;
-
Historias, leyendas y
mitos como un producto
de su larga
interacción con las
colinas, los bosques,
las plantas y los
animales.
Se puede decir con
cierta certeza que estas
gentes locales del
bosque son los
verdaderos
administradores de los
bosques prístinos de las
Montañas Foja. Cualquier
plan de conservación
sostenible para esta
asombrosa región, debe
colocar a estos grupos
en el centro de
cualquier acuerdo o plan
futuro. Ellos son las
voces que pueden hablar
con autoridad sobre los
bosques y ellos
representan a la
población que ya está en
el lugar para proteger
sus recursos naturales
de las presiones
continuas del desarrollo
a gran escala, el cual
llegará a sus puertas
durante las décadas
futuras. El mandato de
las organizaciones de
conservación, tales como
Conservación
Internacional y sus
agencias gubernamentales
de contrapartida, es el
de trabajar muy
cercanamente a estos
grupos locales para el
bien de este recurso de
significado global.
© 2007, American
Institute of Biological
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Sobre la autora:
El Dr. Bruce M.
Beehler es un ornitólogo
y un ecólogo tropical
que ha estado estudiando
a la biodiversidad de la
isla de Nueva Guinea
desde 1975. Su tesis de
doctorado trató sobre
cuatro especies de aves
del paraíso de Nueva
Guinea. Actualmente
sirve como
vicepresidente para los
Programas de las Islas
del Pacífico en el
Centro de Melanesia para
la Conservación de la
Biodiversidad,
Conservación
Internacional, en
Washington, D.C.
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dado que la mayoría de
los artículos citan
fuentes en el idioma
inglés.
1) Gilliard, E. T. 1969.
The Birds of Paradise
and Bower Birds.
Garden City, NY: Natural
History Press.
2) Diamond, J. M. 1982.
Rediscovery of the
yellow-fronted gardener
bowerbird. Science
216: 431-434.
3) Beehler, B. M. 2006.
The lost world.
Living Bird 25(3):
14-24.
4) Eilperin, J. 2006.
New sharks, coral found
in Indonesian province.
Washington Post,
18 September, page A8.
5) S. Richards, personal
communication, Oct.
2006. |
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