asuntos críticos de la biodiversidad

El Peso de un Pétalo:
El Valor de los Jardines Botánicos

P
or H. Bruce Rinker
Un artículo original de ActionBioscience.org (02/02)

puntos principales del
artículo
Las plantas juegan un papel ambiental clave y los jardines botánicos están comprometidos a su preservación. Las plantas:
  • Contribuyen a la salud de los ecosistemas
  • Nos mantienen al proveernos de alimento, medicinas y otros productos
  • Nos proveen de oportunidades para la recreación y la exploración
  artículo


Los jardines, en la forma de paisajes con árboles dispersos y áreas especiales entremezcladas con áreas abiertas o con cuerpos de agua, son altamente atractivos a nuestro sentido de la estética y a nuestra necesidad de percibir y organizar al mundo natural. Estos lugares pueden hasta apelar a la memoria genética de los remotos orígenes de la humanidad en las sabanas africanas. Sin lugar a dudas, las flores y la casi infinita diversidad de sus frutos influenciaron la supervivencia y las habilidades de los primeros homínidos y las habilidades de los humanos modernos de habitar cada rincón del planeta.7 Las plantas con flores se originaron durante el Período Cretáceo, hace casi 100 millones de años, cuando África y Sudamérica aún estaban conectadas. La dramática coevolución de las plantas con flores y sus insectos polinizadores le dio color a la cara del planeta y montó el escenario y monto el escenario para que nuestros ancestros, dominados por el sentido de la vista, emergieran millones de años después. El fallecido antropólogo Loren Eiseley, de la Universidad de Pennsylvania, exclamó “el peso de un pétalo cambió la cara del mundo y lo hizo nuestro.”4

¿Qué son los jardines botánicos?

Algunas personas tienen la equivocada impresión que los jardines botánicos son parques que carecen de diversión o atractivo, algo así como los museos del Siglo XIX donde las plantas tienen etiquetas con nombres impronunciables. Al contrario, los jardines botánicos modernos son tesoros globales en una era de crisis ecológica. Los más de 2000 jardines botánicos del mundo son lugares dedicados a la cultura, al estudio y a la exhibición de colecciones documentadas de plantas vivas.12,13 Más aún, ellos:

  • Están comprometidos a desarrollar, documentar, verificar, mantener, compartir, propagar y diseminar sus colecciones de plantas, tal y como lo dice una descripción ofrecida por la Asociación Norteamericana de Jardines Botánicos y Arboretos (AABGS en sus siglas en inglés.)11
  • Sirven como centros de referencia para la identificación de plantas, para el registro de variedades cultivadas, para nomenclatura y para la exploración de las plantas.
  • Y, para algunas especies amenazadas, ellos se han convertido en la última esperanza para su precaria supervivencia.

Puesto de una forma simple, los jardines botánicos modernos son lugares escolásticos para la investigación y para la conservación de plantas.

La tradición occidental de los jardines botánicos

El origen de los jardines botánicos puede ser trazado a los comienzos de la humanidad y se han encontrado en todas las culturas, tanto pasadas como presentes. En el mundo occidental, los jardines experimentaron una metamorfosis:

Jardines Medicinales: Siglos XVI y XVII
Las instituciones europeas tempranas eran jardines medicinales, también llamados jardines físicos o jardines de los simples (como por ejemplo, el Giardino dei Semplici de Florencia), cuyo papel principal era la provisión de materiales para las facultades de medicina en Italia, Francia y en otros países occidentales. Los jardines medicinales más antiguos en Europa fueron todos establecidos en los siglos XVI y XVII: Pisa (1543), Zurich (1560), París (1597), Oxford (1621), Berlín (1679), y otros.9,11

Jardines Coloniales: Siglos XVII y XVIII

Más adelante, los gobiernos crearon jardines botánicos tropicales como instrumentos de la expansión colonial y el desarrollo comercial.2 Como ejemplo, vienen a la memoria el celebrado jardín Botánico de Calcuta del Siglo XVIII y los Jardines Botánicos Reales de Pamplemoussess en Mauricio, África.

Jardines de Linnaeus (Linneo): Siglos XVIII y XIX

Gradualmente, las exhibiciones estrictamente utilitarias dieron paso a los estudios comprehensivos de las plantas. Basados en el trabajo de Carolus Linnaeus (o Carlos Linneo, 1707-1778)15, conocido como el padre de la taxonomía moderna, los jardines fueron diseñados en forma tal para mostrar las relaciones entre las plantas. Los jardines botánicos de Europa recibieron en esta época grandes cantidades de material vegetal vivo y preservado, especialmente proveniente del Nuevo Mundo, para ser exhibidos, estudiados e identificados. A medida que la taxonomía ganaba prominencia, los jardines botánicos enfatizaban sus herbarios, sus laboratorios y sus bibliotecas, más aún que sus colecciones vivas, en las cuales se comenzaba a hacer menos investigación.

Jardines Cívicos: Siglos XIX y XX
Los jardines municipales fueron fundados en los Siglos XIX y XX (por ejemplo, el Jardín Botánico de Missouri, en 1859), los cuales avanzaron los aspectos horticulturales de las colecciones vivas.

Jardines Especializados: Siglos XX y XXI
Los jardines especializados o de especialistas, tales como las estaciones experimentales y los jardines de orquídeas, emergieron en el Siglo XX enfatizando la investigación en grupos particulares de plantas. Las exploraciones florísticas y los estudios taxonómicos, especialmente en localidades tropicales remotas, le permitieron a los jardines botánicos expandir sus colecciones vivas y preservadas. También les permitió avanzar su posición como centros líderes de investigación para la conservación de las plantas.

Jardines Santuario: Siglos XX y XXI
Hoy en día, mucha de la responsabilidad de la protección genética de especies amenazadas, conjuntamente con la protección ex situ de plantas de importancia ecológica y económica, reside en los jardines botánicos. Por ejemplo, el Jardín Botánico Marie Selby, en Sarasota, estado de la Florida, propaga un pequeño número de especies que se encuentran listadas como no existentes en su ambiente natural: Anthurium leuconeurum (Aracea) de Chiapas, México; Epidendrum ilense (Orchidaceae) de la Provincia de Pinchincha, en Ecuador; Platycerium grande (Polypodiaceae) del Cerro Banahau en las Filipinas; y otras. Estas especies pueden depender del apoyo de los científicos y horticulturistas entrenados del Jardín para su supervivencia. Los jardines botánicos se han convertido en los abanderados de los esfuerzos botánicos internacionales en servicio de la ciencia y de la humanidad durante una época de crisis ecológica sin paralelo.2

Administración y cuidado en una era de crisis
Los botánicos han identificado a más de 400,000 especies de plantas en el mundo. Sin embargo:

  • Aproximadamente 34,000 se encuentran amenazadas hoy en día6
  • Dos tercios de las especies de plantas del mundo se encuentran en peligro de extinción durante lo que queda del Siglo XXI3
  • De las 20,000 especies de plantas conocidas para los Estados Unidos, más de 200 ya habían desaparecido al final del Siglo XX; otras 600 a 700 especies e encuentran en peligro inminente.10

Estas especies de plantas se encuentran en peligro debido a una creciente población humana que a su vez afecta a las causas proximales, tales como la deforestación, la pérdida de hábitats, la dispersión de especies invasivas y la expansión agrícola.3,6 Dada la deplorable tasa de deforestación a lo largo del trópico, donde se encuentra la mayor parte de la biodiversidad del planeta, nos enfrentamos a la posible pérdida de miles de especies de plantas en todo el mundo en las próximas décadas a menos que llevemos a cabo un esfuerzo conjunto y colaborativo para conservarlas.

La conservación no es siempre sinónima con la preservación. La conservación implica el manejo sabio. La preservación significa el poner de lado o guardar. Sin embargo, la preservación puede ser una estrategia de conservación para recursos naturales que son raros, no renovables o irremplazables. Por ejemplo, las autoridades de un bosque o reserva nacional pueden decidir proteger a una zona de bosque maduro y no permitir la cacería, la tala u otras actividades o usos extractivos debido al valor general de esta área para la posteridad. Entonces, la conservación es un término sombrilla que ampliamente cubre el uso y el no uso de los recursos naturales, dependiendo de nuestra estrategia de manejo. Idealmente, esta estrategia debería estar basada en cuatro consideraciones:1

  • ¿Qué servicio de ecosistema provee este recurso?
  • ¿Cuál es el beneficio económico del recurso?
  • ¿Cuál es el valor estético del recurso?
  • ¿Cuál es el valor ético del recurso?

Servicios de los ecosistemas
Los servicios provistos por la naturaleza son fáciles de tomar por alto, por ejemplo:

  • Agua y aire limpio
  • Ciclado de Nitrógeno
  • Descomposición
  • Control de la erosión
  • Estabilidad del clima

Es casi imposible poner un valor monetario a estos beneficios y los intentos de reemplazarlos con tecnologías humanas han caído cortos consistentemente. Los manglares son altamente superiores a los paredones marinos o rompeolas, protegiendo a nuestras costas de la erosión de las olas y actuando como barreras vivas y resistentes ante los embates de los huracanes. Las bacterias regresan Nitrógeno gaseoso de la atmósfera hacia otros organismos vivientes, donde es un componente esencial para la construcción de proteínas. Aún no se ha podido inventar nada que pueda reemplazar o imitar esa función antigua a escala global. Estos servicios poseen un valor incalculable para todos los seres vivos del planeta.

Beneficios económicos
Muchas plantas nos proveen alimento, habitación, combustible, ropa y medicinas. Las etnias indígenas enfrentan esta realidad todos los días. La gente en los Estados Unidos y en otros países afluentes puede pensar que ellos viven removidos de los ecosistemas locales, aunque la realidad es que nadie se escapa completamente de la naturaleza. Siendo una especie global, nosotros obtenemos nuestro sustento de nuestros alrededores. Por ejemplo:

  • El 50% de nuestras medicinas se derivan de las plantas
  • El 25% de todas las medicinas de receta tienen su origen en los bosques tropicales

El árbol de cinchona o árbol de la quina (Cinchona officinalis) de los bosques tropicales del este de los Andes produce la droga antipalúdica llamada quinina. La vinca o vincapervinca rosa (Catharanthus roseus) de Madagascar produce una cantidad de alcaloides, dos de los cuales han llevado al descubrimiento de tratamientos efectivos para el cáncer. Además de su valor medicinal, las plantas nos proveen de muchos otros beneficios: productos alimenticios, materiales de construcción, papel, ornamentos, leña para los fuegos, gas verde, hasta control de plagas (por ejemplo, el uso de la planta carnívora del género Utricularia para atrapar insectos plaga en lagunas). La vida en el planeta, mucha de la cual permanece sin explorar, representa una cornucopia de recursos naturales para la humanidad.

Valor estético
Además de derivar nuestro sustento directa e indirectamente de la rica biodiversidad del planeta, también le damos valor a la riqueza de las especies debido por:

  • La recreación
  • La investigación científica
  • El sentido de maravilla
  • Y la compañía primordial

Las tempranas exploraciones del dosel de los bosques húmedos tropicales produjeron nuevos tipos de organismos y nuevos procesos ecológicos previamente desconocidos. Los pescadores, los cazadores, los esquiadores, los golfistas, los dueños de mascotas y los dueños de botes todos valoran a las áreas abiertas que apoyan a sus deportes o a su sustento. ¿Y quién puede decir cómo han sido afectados los creyentes de las mayores religiones del mundo por el mundo natural del cual emergieron sus credos?

Valor ético
¿Cuál es la base moral para la conservación de nuestros recursos naturales, especialmente los más diminutivos y menos glamorosos, como son las bacterias, los musgos y los gusanos? Algunos científicos argumentan que la moral es la razón más válida que apoya a nuestras estrategias de manejo, obligándonos a hacer todo lo posible para prevenir la extinción causada por el hombre de especies en cualquier lugar del planeta. Para muchos científicos, la preservación in situ de las especies es el primer mandamiento de la conservación. Como escribió Aldo Leopold en su libro A Sand County Almanac (El Almanaque del Condado Sand): “El guardar cada engranaje y cada rueda es la primera precaución del manipulador inteligente.”8

La educación y la ética ambiental
La educación y la ética son componentes de una fórmula vital para nuestra supervivencia en un planeta antiguo y recientemente amenazado. Los botánicos han ya documentado las amenazas constantes que enfrentan los trópicos y sus plantas. Datos recientes de la última versión del Libro Rojo de Especies Amenazadas de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), publicado en Septiembre del 2000, indican que la crisis de extinción global es peor de lo que se pensaba anteriormente:14

  • No solo ha aumentado la magnitud del riesgo a medida que las áreas boscosas se encogen en todo el mundo, pero también ha disminuido significativamente la capacidad de los bosques remanentes de mantener su biodiversidad.
  • Las especies de plantas están declinando más rápidamente en Centro y Sudamérica, históricamente áreas importantes para muchos jardines botánicos, así como también en África Central y Occidental y en el sudeste de Asia.
  • Algunas plantas ya no se pueden encontrar en su ambiente natural. Los botánicos han catalogado y preservado a muchas especies de orquídeas y bromeliáceas que, debido a la destrucción de hábitats tropicales, puede que solo existan hoy en día en invernaderos.

En resumen, las plantas que forman la base de la misión principal y de la ética de los jardines botánicos se encuentran bajo seria amenaza a lo largo del planeta. Un compromiso sólido a la educación y a la ética puede cambiar esta pasmosa tendencia, lanzando a los jardines botánicos como líderes en el manejo ecológico.

Conclusión: el peso de un pétalo
Muchos de los jardines botánicos modernos comenzaron su existencia en tiempos muy diferentes. Hace 25 años, las amenazas a los sistemas tropicales no habían sido tan ampliamente documentadas como lo están ahora. En ese entonces, apenas habíamos comenzado nuestras exploraciones de los doseles de bosque del mundo. Hoy sentimos el inminente colapso de ecosistemas completos, incluyendo muchos hábitats vitales para especies de plantas amenazadas. La misión inicial de los jardines botánicos dio prioridad a la exploración y el catálogo de las riquezas de la flora de los bosques tropicales que formaron la base de sus colecciones de plantas. Hoy, la exploración y la colección de especies están siendo crecientemente limitadas por las regulaciones internacionales y porque los jardines botánicos están expandiendo su misión para ser más relevantes en los próximos 25 años.

Los botánicos ahora reconocen sin duda alguna las conexiones ecológicas temporales y espaciales que operan dentro de las comunidades de plantas. Ya no podemos simplemente concentrarnos en la recolección de especies raras o exóticas, sino también incluir la conservación in situ y ex situ de sus asociados ecológicos. Gracias a los esfuerzos pioneros durante los pasados 25 años en muchas regiones remotas, especialmente en los doseles de los bosques húmedos tropicales, ahora se sabe cuan poco conocemos acerca de la biodiversidad y de la riqueza ecológica de las plantas del mundo, y cuanto esfuerzo es necesario para poder conservarlas. Los jardines botánicos pueden cambiar al mundo como instituciones abanderadas para la investigación y la educación sobre el reino de las plantas. Las plantas representan la base de la mayor parte de la vida en el planeta. Así como el peso de un pétalo, un pequeño grupo de jardines botánicos a lo largo del mundo puede ayudarnos a manejar esta cubierta verde de la tierra y, entonces, asegurar así nuestra propia supervivencia en una era de crisis ecológica.

© 2002, American Institute of Biological Sciences. Los educadores tienen permiso de reimprimir artículos para su uso en las clases; otros usuarios por favor comunicarse con el editor para solicitar permisos de reimpresión. Por favor ver políticas de reimpresión.

Sobre el autor: El Dr. H. Bruce Rinker es Administrador de División para la División de Tierras Ambientales del Condado de Pinellas, Florida. Recibió su doctorado en estudios ambientales de la Antioch New England Graduate School (en Keene, New Hampshire) en Mayo del 2004. El Dr. Rinker ha recibido numerosos reconocimientos en educación de las ciencias, incluyendo el “Excelente Educador en Biología” (1997, Asociación nacional de Educadores de Biología) y “Premio en Educación Ambiental” del Condado de Sarasota, en Florida, en el 2004. El Dr. Rinker es Asociado del Centro para la Ecología y la Conservación tropical (Keene, NH), Asociado de Investigación para la Fundación TREE y el New College (ambos en Sarasota, FL), y miembro adjunto de la facultad del Departamento de Estudios Ambientales de Eckerd College (en St. Petersburg, FL). Además es miembro de la junta de directores de investigación para el Conservatorio de las Amazonas para Estudios Tropicales. Su publicación mas reciente es Forest Canopies (2nda edición), escrita con la Dra. Margaret D. Lowman (Elsevier, 2004). Cuando escribió este artículo, Rinker era el Director de Educación y Investigaciones del Dosel en el Jardín Botánico Marie Selby en Sarasota, Florida, así como administrador del Centro Selby para Ecología del dosel.
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Referencias del artículo:
Estas referencias están en inglés. Las referencias no han sido traducidas al español dado que la mayoría de los artículos citan fuentes en el idioma inglés.

1) Blair, R.B. and H.L. Ballard. 1996. Conservation Biology: A Hands-On Introduction to Biodiversity. Stanford, California: Stanford University.
2) Bramwell, D., O. Hamann, V.H. Heywood, and H. Synge (eds.). 1987. Botanic Gardens and the World Conservation Strategy. London: Academic Press.
3) Cheney, Judith, Joaquín Navarrete Navarro, and Peter Wyse Jackson. 2000. Action Plan for Botanic Gardens in the European Union ("The Gran Canaria Declaration Calling for a Global Program for Plant Conservation"). BGCI/IABG European Botanic Gardens Consortium.
4) Eiseley, Loren. 1957. The Immense Journey. New York: Random House, p. 77.
5) Govaerts, Rafael. November 2001. "How many species of seed plants are there?" Taxon 50(4): 1085-1090.
6) Jenkins, D.W. and George Bañez. 2001. Plant Species Threatened by Extinction Grown in the Marie Selby Botanical Gardens. Sarasota, Florida: Marie Selby Botanical Gardens.
6) Kellert, Stephen R. and Edward O. Wilson (eds.). 1993. The Biophilia Hypothesis. Washington, DC: Island Press.
7) Leopold, Aldo. A Sand County Almanac. 1966. New York: Oxford University Press.
8) Steere, W.C. 1958. Fifty Years of Botany. New York: McGraw-Hill.
9) Wilson, E.O. 1992. The Diversity of Life. Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press.
10) American Association of Botanical Gardens and Arboreta website.  http://www.aabga.org. Accessed 2/02.
11) "What is a botanic gardens?" Australian National Botanic Gardens. http://www.anbg.gov.au/anbg/what-is-a-botanic-gardens.html. Accessed 2/02.
12) "GardenWeb glossary of botanical terms." http://glossary.gardenweb.com/glossary/. Accessed 2/02.
13) 2002 IUCN Red List of Threatened Species website. http://www.redlist.org. Accessed 2/02.
14) "Carl Linnaeus" biography. University of California at Berkeley. http://www.ucmp.berkeley.edu/history/linnaeus.html. Accessed 2/02.