June 2001
La escasez de análisis de seguridad
La soya fue modificada genéticamente para hacerla resistente a los pesticidas. Foto: Scott Bauer.
¿Cómo puede el público tomar decisiones informadas sobre los alimentos genéticamente modificados (GM) con tan poca información sobre sus riesgos para la salud? Esta falta de información se debe a varias razones, entre ellas:
Es más difícil evaluar los riesgos para la salud de alimentos derivados de cultivos que de aditivos, químicos o drogas. Los productos agrícolas son más complejos y su composición varía de acuerdo a las diferencias en su crecimiento y en las condiciones agronómicas.
Las publicaciones que tratan sobre la toxicidad de los alimentos GM son escasas. Un artículo en la revista científica Science lo resume completamente: “Riesgos de Salud de Alimentos Genéticamente Modificados: Muchas Opiniones pero Pocos Datos”.1 De hecho, no existen publicaciones arbitradas sobre estudios clínicos de los efectos en la salud humana de los alimentos GM. Hasta los estudios en animales son sumamente escasos.
La estrategia preferida por la industria ha sido utilizar comparaciones de la composición entre cultivos GM y no GM. Cuando no se encuentran diferencias significativas entre ellos, se les denomina “substancialmente equivalente.” De esta manera, el alimento GM es considerado tan seguro como su contraparte convencional. Esto permite que los alimentos GM puedan ser patentados sin tener que probarlos en animales. Sin embargo, la equivalencia substancial es un concepto no científico que nunca ha sido definido apropiadamente y no existen reglas legales obligatorias sobre cómo establecerlo.2
Para modificar genéticamente a un alimento cultivado (¡y la frase “genéticamente modificados” es incorrecta!) se le incorporan uno o más genes al genoma del cultivo, utilizando un vector que contiene otros genes, incluyendo como mínimo, promotores virales, terminadores de transcripción, genes marcadores de resistencia antibiótica y genes reporteros. Los datos sobre cuán seguros son estos genes son muy escasos, a pesar de que pueden afectar la seguridad del cultivo GM. Por ejemplo:
El ADN no siempre se descompone totalmente en el tracto alimenticio.3,4 Las bacterias entéricas pueden absorber genes y plásmidos GM.5 Esto abre la posibilidad de que se esparza la resistencia antibiótica.
La inserción de genes en un genoma puede traer consecuencias imprevistas, las cuales deben ser reducidas o eliminadas por selección. Varias de las formas en que los genes se expresan en el huésped, o la forma en que afectan el funcionamiento de los genes propios del cultivo, son impredecibles. Esto puede llevar al desarrollo de toxinas o componentes alergénicos desconocidos, los cuales no podemos analizar, limitando de esta manera los criterios de selección.
Actualmente, la toxicidad de los alimentos es examinada mediante análisis de micro y macro nutrientes y de toxinas conocidas. Depender exclusivamente de este método es, en el mejor de los casos, inadecuado; en el peor, peligroso. Se necesitan mejores métodos diagnósticos, tales como marcadores genéticos del mARN, proteómica y perfilación de metabolitos secundarios.6 Sin embargo, el consumo de constituyentes menores con alta actividad biológica, puede tener efectos mayores en el metabolismo del cuerpo y del sistema digestivo. Estos efectos solo puede ser revelados con estudios en animales. Así, necesitamos desarrollar novedosos métodos de análisis toxicológico y nutricional para poder detectar y separar las posibles consecuencias dañinas a la salud de animales o humanos y para poder descubrirlas antes de que un cultivo GM se incorpore a la cadena trófica.7
Análisis de seguridad en cultivos GM comerciales
Tomates GM: La primera y única evaluación de seguridad de un cultivo GM, el tomate FLAVR SAVRTM, fue comisionada por Calgene, tal y como lo requiere el FDA (Food and Drug Administration, o Administración de Alimentos y Drogas). Este tomate GM fue producido por medio de la inserción de genes kanr en un tomate usando un método de GM “antisentido.” Este análisis no ha sido verificado por otros profesionales o publicado, pero se encuentra disponible en el internet.8 Los resultados afirman que no hubo alteraciones significativas en las proteínas totales, en las vitaminas y contenido mineral o en los glicoalcaloides tóxicos.9 De esta manera, los tomates GM y sus progenitores fueron declarados “substancialmente equivalentes.”
En estudios de toxicidad aguda hechos con ratas machos y hembras, a las cuales se les dio por medio de tubos una mezcla homogeneizada de tomates GM, se afirmó que no se encontró ningún efecto tóxico. Además, concluyeron que el peso medio del cuerpo y el peso de los órganos, la ganancia de peso, el consumo de alimentos y la química clínica de parámetros de la sangre, no fueron significativamente diferentes entre los grupos que consumieron el producto GM y los grupos control o testigo. Sin embargo:
Los resultados no son válidos debido al rango inaceptable de los pesos iniciales de las ratas (entre ±18% y ±23%).
No se llevaron a cabo exámenes histológicos de los intestinos, a pesar de que las secciones de los estómagos mostraron entre pocas a un moderado número de lesiones erosivas o necróticas en hasta 7 de cada 20 ratas hembra y ninguna en los controles. Sin embargo, éstas fueron consideradas como no importantes, aunque en los humanos, este tipo de lesiones puede llevar a hemorragias posiblemente fatales, particularmente en los ancianos que utilizan aspirina para la prevención de la trombosis.
Siete de cada cuarenta ratas en la dieta de tomates GM murieron en un período de dos semanas por razones no explicadas.
Estos estudios fueron mal diseñados, por lo que la conclusión de que los tomates FLAV SAVRTM son seguros no está basada en buena ciencia. Esto pone en cuestión la validez de la decisión del FDA de que en el futuro no serán requeridos análisis toxicológicos de otros alimentos GM.
Maíz GM: Dos linajes del maíz GM Chardon LL resistente a herbicidas, los cuales expresan el gen de la Enzima Fosfofinotricin Acetiltransferasa (PAT-PROTEIN), antes y después de su ensilaje, mostraron diferencias significativas en el contenido de grasa y carbohidratos en comparación con maíz no GM, lo cual los hace substancialmente diferentes. Los análisis de toxicidad solo fueron hechos con el PAT-PROTEIN a pesar de que no se pudieron demostrar o excluir los efectos impredecibles de la transferencia de los genes, del vector o de la inserción de los genes. El diseño de estos análisis también fue defectuoso debido a:
- El peso inicial de las ratas varió más del ± 20% y no se monitoreó la cantidad de alimento ingerido por cada individuo.
- La eficiencia de conversión del alimento PAT-PROTEIN fue significativamente reducida.
- La producción de orina aumentó y otros parámetros clínicos también fueron diferentes.
- El peso y la histología del tracto digestivo (y del páncreas) no fueron medidos.
Por lo tanto, el maíz GM que expresa al PAT-PROTEIN puede presentar riesgos de salud inaceptables.
Estudios composicionales
Soja GM: Con el fin de hacer a la soja resistente a los herbicidas, se utilizó el gen 5-enolpiruvilshikimate-3-fosfato sintasa proveniente del Agrobacterium. Los análisis de seguridad afirman que la variedad GM es “substancialmente equivalente” a la soja convencional.10 Lo mismo fue afirmado para el GTS (soja resistente al glifosfato) rociado con este herbicida.11 Sin embargo, se registraron diferencias significativas entre el GM y los linajes control.10 Además, el método estadístico utilizado fue deficiente debido a:
- En vez de comparar las cantidades de los componentes en un número grande de muestras de cada GTS individual y de su linaje parental apropiado, cultivado lado a lado y cosechado al mismo tiempo, los autores compararon muestras de diferentes localidades cosechadas en diferentes oportunidades.
- También se encontraron diferencias potencialmente importantes para la salud en el contenido de isoflavones naturales (genistein y otros).12
- Además, el contenido del inhibidor de la tripsina (un compuesto altamente alergénico) fue substancialmente más alto en el GTS.10
Por estas razones y por la alta variabilidad (± 10% o más), los linajes no pudieron ser considerados como “substancialmente equivalentes.”
Papas GM: Existe solo una publicación arbitrada sobre papas GM que expresan al gen de la glicina de la soja.13 Sin embargo, el nivel de expresión fue muy bajo y no se obtuvieron mejoras en el contenido de proteínas o en el perfil de aminoácidos.
Arroz GM: Se ha desarrollado un tipo de arroz GM que expresa al gen de la glicina de la soja (40-50 mg de proteína de glicina por gramo)14 y se afirma que éste contiene un 20% más de proteína. Sin embargo, el aumento en el contenido de proteína fue probablemente debido a un aumento en el contenido de humedad en vez de un aumento real en las proteínas, lo cual pone en duda la importancia de este cultivo GM.
Algodón GM: Se han desarrollado varios linajes de plantas de algodón GM utilizando un gen del Bacillus thuringiensis, subespecie kurstaki, el cual provee una protección mayor contra las pestes de lepidópteros más importantes. Se afirmó que los linajes fueron “substancialmente equivalente” a las líneas padre15 en los niveles de macronutrientes y de gosipol. Los niveles de ácidos grasos ciclopropenoides y de aflatoxinas fueron menores que los de las semillas convencionales. Sin embargo, debido al uno inapropiado de la estadística, la equivalencia de los linajes GM y no GM es cuestionable, particularmente debido a que los estreses ambientales pueden tener efectos impredecibles en los niveles de antinutrientes y de toxinas.16
Estudios nutricionales y toxicológicos
Soja resistente a los herbicidas: Se han llevado a cabo estudios en ratas, pollos, pez bagre y vacas lecheras sobre los valores alimenticios17 y posible toxicidad18 de dos linajes GM de soja resistente al glifosfato (GTS). Se afirmó que existe equivalencia entre los linajes GTS y no GTS en el crecimiento, eficiencia en la conversión alimenticia, composición de filetes de bagre, músculos del pecho en pollos, peso de tejido adiposo y producción de leche, fermentación en el rumen y digeribilidad en vacas. Sin embargo:
Estos experimentos fueron mal diseñados debido a que las concentraciones altas de proteína dietética y los bajos niveles de inclusión de GTS pueden haber enmascarado cualquier efecto debido al carácter GM.
No se presentaron datos sobre cantidades de alimento consumidas por individuos o peso del cuerpo o de órganos, ni tampoco se llevaron a cabo análisis histológicos, excepto algunas microscopías cualitativas en muestras de páncreas.
El valor alimenticio de los dos linajes de GTS no fue substancialmente equivalente debido a que las ratas crecieron mejor en forma significativa cuando se alimentaron de uno de los linajes.
El experimento con los pollos fue un estudio comercial, no científico.
El experimento con los bagres demostró de nuevo que el valor como alimento de uno de los linajes GTS fue superior al otro.
La producción de leche y la productividad en general de las vacas lactantes también mostró diferencias significativas entre vacas alimentadas con alimentos GM y con no GM.
Más aún, las pruebas de seguridad del 5-enolpiruvilshikimate-3-fosfato sintasa, el cual le da a la soja resistencia al glifosato,18 son irrelevantes porque en los estudios de gavage se utilizó un E. coli recombinante y no el producto GTS. Los efectos pueden ser diferentes ya que las diferencias en las modificaciones post-translationales pueden haber deteriorado su estabilidad ante la proteolisis del sistema digestivo.
Así, el declarar que el valor alimenticio de los linajes GTS y no GTS son substancialmente equivalentes es, en el mejor de los casos, prematuro.
En un estudio aparte19 se afirmó que las ratas y ratones alimentados con un 30% de GTS o no GTS tostado en sus dietas no presentaron diferencias significativas en comportamiento nutricional, peso de los órganos, histopatología y producción de anticuerpos lgE y lgG. Sin embargo, bajo las condiciones estresantes (básicamente de hambruna) en que estos experimentos fueron hechos, no se pueden llegar a conclusiones válidas. En los experimentos, las ratas crecieron menos de 0.3 gramos por día y los ratones no crecieron del todo, en contraste con el crecimiento normal de entre 5 y 8 gramos por día.
Maíz GM: Un estudio alimenticio con pollos ha sido publicado.20 Este estudio utilizó raciones que contenían maíz Event 176 derivado Bt (Novartis). Sin embargo, los resultados de este ensayo son más relevantes a estudios comerciales que a estudios científicos.
Guisantes GM: El valor nutritivo de las dietas conteniendo garbanzos GM expresando el inhibidor de la alfa-amilasa fue similar al valor de los linajes de garbanzos padre al ser alimentados a ratas por 10 días en dos concentraciones (30% 0 65%).21
Aún en las concentraciones de hasta 65%, la diferencia fue muy pequeña debido a que el inhibidor de la alfa-amilasa expresado por los garbanzos fue digerido rápidamente por el sistema digestivo de las ratas y su efecto antinutritivo eliminado. Desafortunadamente, no se hicieron histologías del tracto digestivo ni se midió la respuesta de linfocitos.
A pesar de que el peso de algunos órganos, particularmente el caecum y el páncreas, fueron diferentes, los pesos de otros órganos fueron similares. Esto sugiere que los garbanzos GM pueden ser usados en las dietas de animales de granja a niveles bajos o moderados solo si se monitorea cuidadosamente su progreso.
Sin embargo, para poder establecer su seguridad para los humanos, se debe llevar a cabo una evaluación de riesgos específicos con las varias cepas de GM. Esta evaluación debería incluir:
Una serie de pruebas nutricionales y toxicológicas inicial en animales de laboratorio.
Si no se detectan efectos dañinos, se debe seguir con estudios clínicos, doblemente ciegos, del tipo placebo, con voluntarios humanos, manteniendo en mente que cualquier efecto dañino puede ser particularmente serio en personas jóvenes, ancianas, o minusválidas.
Un protocolo para este tipo de ensayos fue presentado en la conferencia de la OECD en Edimburgo en Febrero del 2000 y subsecuentemente publicado.22
Papas GM: En un corto estudio alimenticio para establecer la seguridad de las papas GM expresando el gen de la glicina de la soja, un grupo de ratas fueron forzadas a una dieta diaria de 2 gramos de papas GM o de papas control por kilogramo de peso corporal.23 A pesar de no haberse detectado diferencias en crecimiento, ingestión de alimento, número de células y composición de la sangre y peso de los órganos entre los grupos, la ingestión de papas en los animales fue muy baja y dudosa, tanto de las papas crudas como las hervidas.
Los ratones alimentados con papas transformadas con un gen de la toxina Cry1 o con la toxina misma del Bacillus thuringiensis var. kurstaki24 mostraron tener hipertrofia y mutinucleación de las células villus epiteliales, microvilli perturbados, degeneración mitocondrial, un aumento en el número de lisosomas y de vacuolas autofágicas y activación de las células de Paneth de las criptas. Los resultados mostraron que a pesar de haberse citado lo contrario, la toxina Cryl se mantuvo estable en el tracto digestivo de los ratones. Por lo tanto, los cultivos GM que expresan esta toxina necesitan ser sujetos a “exámenes más completos…para evitar los riesgos antes de que estos productos sean mercadeados.“24
En otro estudio, grupos de ratas jóvenes fueron alimentadas en pares con dietas balanceadas iso-calóricas e iso-proteínicas conteniendo papas (crudas o hervidas) GM y no GM, con el gen de la lectina (GNA) de la campanilla de invierno (o lágrima blanca) (Galanthus nivalis).25 Los resultados mostraron un aumento significativo en el grosor de las mucosas del estómago y un alargamiento de las criptas de los intestinos de las ratas alimentadas con las papas GM. La mayoría de estos efectos fueron debidos a la inserción del elemento y no al GNA, el cual fue preseleccionado como una lectina no mitótica incapaz de inducir el crecimiento hiperplástico intestinal26 y la infiltración epitelial de linfocitos T. A pesar de que estos exámenes son controversiales, la mayoría de los comentarios negativos a este artículo publicado en la revista médica Lancet fueron personales, opiniones no arbitradas y, por ende, con un valor científico muy limitado. Los resultados, por otra parte, fueron publicados en un artículo arbitrado25 y se incluyeron respuestas a las críticas.7 Sin embargo, el trabajo no ha sido replicado ni los resultados contradichos. Por lo tanto, es imperativo que se hagan investigaciones muy completas sobre los efectos en la estructura del tracto digestivo y en el metabolismo de este y otros productos GM que sean desarrollados utilizando técnicas y vectores genéticos similares antes de que los productos sean incorporados a la cadena trófica.
Tomates GM: Este estudio sobre tomates GM expresando el gen de la toxina CRYA(b) de B. thuringiensis fue publicado en un libro y no en una revista científica arbitrada. Sin embargo, su importancia fue recalcada por la demostración immunocitoquímica de la reacción ligante in vitro entre la toxina Bt y el caecum y el colon de los humanos y de los simios rhesus.27 A pesar de que in vivo la toxina Bt no fue ligada por el tracto digestivo de las ratas, esto puede ser explicado porque el autor utilizó una una toxina Bt recombinante.
Estudios de alergenicidad
Uno de los riesgos de salud mayores concerniente al uso de alimentos GM es el potencial de aumentar las alergias y la anafilaxia en los humanos que comen alimentos GM que no han sido identificados como tales en sus etiquetas.
Cuando un gen proviene de un cultivo del cual se conoce su alergenicidad, es fácil establecer si el alimento GM es alergénico por medio de exámenes in vitro, tales como RAST o immunoanálisis con sueros de individuos sensibilizados al cultivo original. Esto fue demostrado en soja GM expresando la proteína 2 S de la nuez del Brasil28 o en las papas GM expresando los genes de las proteínas del bacalao.29
También es relativamente fácil determinar si el proceso de ingeniería genética ha afectado la potencia de alergénicos endógenos.30 Algunos agricultores expuestos al pesticida B. thuringiensis mostraron el desarrollo de una sensitización en la piel y la presencia de anticuerpos IgE al extracto de la espora Bt. Con su suero, es probable que podamos ahora hacer pruebas del potencial alergénico de cultivos GM expresando la toxina Bt.31 Esto es hoy en día aún más importante debido a que se ha demostrado recientemente que la toxina del Bt Cry1Ac es un potente antígeno y adyuvante oral y nasal.32
Sin embargo, el análisis de la alergenicidad de cultivos alimenticios GM es difícil cuando el gen transferido proviene de una fuente no alimenticia o de una fuente a la cual no se le ha determinado alergenicidad. También es difícil cuando la transferencia o la inserción del gen produce un nuevo elemento alergénico o adyuvante o cuando se aumenta la expresión de un elemento alergénico menor. Desafortunadamente, a pesar de que existen buenos modelos para hacer estudios nutricionales o toxicológicos, estos modelos no existen para estudios de alergenicidad.
Actualmente, solo existen métodos indirectos (y poco científicos) para la determinación de la alergenicidad de un elemento, como por ejemplo, la búsqueda de homologías en secuencias CORTAS (de por lo menos 8 aminoácidos contiguos) para cada uno de los 200 elementos alergénicos conocidos.
Aún menos seguro es el uso de métodos como árboles de decisiones basados en factores (como tamaño y estabilidad) de proteínas expresadas transgénicamente.33 La estabilidad de estas proteínas ante la proteolisis digestiva se examina por medio de un prueba in vitro (simulación)34 en vez de utilizar pruebas in vivo en humanos o animales, lo cual es fundamentalmente incorrecto. El concepto de que la mayoría de los elementos alergénicos son proteínas abundantes también lleva a error. Por ejemplo, el compuesto Gad c 1, el elemento alergénico principal del bacalao, no es una proteína predominante.29
Sin embargo, cuando el gen responsable de una alergenicidad es conocido, como por ejemplo, el gen del inhibidor o elemento alergénico alfa-amilasa/tripsina en arroz, la clonación y secuenciación abre la vía para la reducción de sus niveles por medio de la estrategia del RNA antisentido.35
Así, en ausencia de métodos confiables para hacer pruebas de alergenicidad, es actualmente imposible establecer con certeza si un nuevo cultivo o producto GM es alergénico o no, antes de que el producto sea distribuido a las cadenas alimenticias humanas o animales.
En conclusión
Uno tiene que estar de acuerdo con el artículo publicado en la revista científica Science1 de que hay muchas opiniones pero pocos datos disponibles acerca de los riesgos potenciales de los cultivos alimenticios GM, a pesar de que estos riesgos han debido ser examinados y eliminados antes de su introducción. La base de datos disponible actualmente es tristemente inadecuada. Más aún, la calidad científica de lo que se ha publicado es, en la mayoría de los casos, por debajo de los estándares esperados. Si nuestro futuro depende, tal y como se afirma, del éxito de la promesa de recibir alimentos GM saludables, más nutritivos y seguros a partir de su modificación genética, llegamos a una conclusión inescapable en esta revisión. Los crudos métodos actuales para lograr la modificación genética no han hasta ahora producido estos beneficios y la promesa de una segunda generación superior a ésta, se encuentra aún en el futuro. A pesar de que algunos argumentan que las pequeñas diferencias entre los cultivos GM y no GM tiene poco significado biológico, es claro que la mayoría de los linajes GM y sus linajes progenitores no llegan a cumplir la definición de “equivalencia substancial.” De todas maneras, este concepto es muy crudo, pobremente definido y poco científico y ya ha sobrepasado su vida útil potencial anterior. Necesitamos ahora métodos y conceptos nuevos para analizar las diferencias composicionales, nutricionales, toxicológicas y metabólicas entre los cultivos GM y los cultivos convencionales. También debemos investigar mejor la seguridad de los métodos genéticos utilizados en el desarrollo de cultivos GM si queremos poner a esta tecnología sobre una fundación científica apropiada y así eliminar el miedo y la preocupación del público en general. Necesitamos más ciencia, no menos.6,7
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