Nota del Editor: Este
llamado fue emitido en
Noviembre de 1992 por
unos 1,700 científicos
notables del mundo,
incluyendo a la mayoría
de los recipientes del
Premio Nóbel en Ciencias.
Su mensaje es válido aún
hoy en día.
Los seres humanos y el
mundo natural se
encuentran en rumbo a
una colisión. Las
actividades humanas
infligen daños severos y
a menudo irreparables al
medio ambiente y a los
recursos críticos.
Muchas de nuestras
prácticas actuales, si
no son controladas,
ponen en riesgo al
futuro que todos
deseamos tanto para la
sociedad humana como
para los reinos de las
plantas y de los
animales, posiblemente
alterando al mundo
viviente en forma tal
que será imposible
sostener a la vida en la
manera como ahora
conocemos. Es urgente
llevar a cabo cambios
fundamentales si
queremos evitar la
colisión que nuestro
curso actual nos va a
traer.
El medio ambiente está
sufriendo estreses
críticos en las
siguientes áreas:
-
La Atmósfera
La reducción del ozono
estratosférico nos
amenaza con un aumento
en la radiación
ultravioleta al nivel
de la superficie de la
tierra, lo cual puede
ser dañino o hasta
letal para muchas
formas de vida. La
contaminación del aire
cerca de la superficie
y la precipitación
ácida ya están
causando daños
generalizados a los
humanos, a los bosques
y a los cultivos.
-
Los Recursos Acuáticos
La irresponsable
explotación de los
suministros agotables
de agua subterránea
pone en peligro a la
producción de alimento
y a otros sistemas
humanos esenciales. La
excesiva demanda sobre
las aguas
superficiales del
mundo ha resultado ya
en serias deficiencias
en unos 80 países, los
cuales contienen al
40% de la población
del mundo. La
contaminación de los
ríos, lagos y aguas
subterráneas limita
más aún el suministro.
-
Los Océanos
La presión destructiva
sobre los océanos es
severa,
particularmente en las
regiones costeras que
producen la mayor
parte de la pesca
alimenticia del mundo.
La captura marina
mundial total se
encuentra ahora por
encima de la capacidad
de suministro máximo
sostenible. Algunas
pesquerías ya han
mostrado señales de
colapso. Los ríos que
llevan hacia los
océanos severas cargas
de sedimento
proveniente de la
erosión de los suelos,
también llevan
desechos industriales,
municipales, agrícolas
y pecuarios, algunos
de ellos tóxicos.
-
El Suelo
La pérdida de la
productividad del
suelo, la cual está
causando un extenso
abandono de la tierra
agrícola, es un
producto secundario
muy extenso de las
prácticas actuales en
la agricultura y en la
cría de animales.
Desde el año 1945, el
11% de la superficie
de la tierra cubierta
de plantas ha sido
degradada. Esto
representa a un área
más grande que la
India y China
combinadas. La
producción de alimento
per cápita está
disminuyendo en muchas
partes del mundo.
-
Los Bosques
Los bosques húmedos
tropicales, así como
los bosques secos
tropicales y templados,
están siendo
destruidos rápidamente.
Si continúa la tasa
actual, varios tipos
críticos de bosque
desaparecerán en unos
pocos años y mucho del
bosque húmedo tropical
desaparecerá antes del
final del próximo
siglo. Con ellos
desaparecerá un gran
número de especies de
plantas y de animales.
-
Las Especies Vivientes
La pérdida
irreversible de las
especies, la cual para
el año 2100 puede
alcanzar a un tercio
de las especies ahora
existentes, es
especialmente seria.
Estamos perdiendo el
potencial que estas
especies poseen de
proveernos de
medicinas y de otros
beneficios, así como
la contribución que la
diversidad genética de
las formas de vida
provee para el
robustecimiento de los
sistemas biológicos
mundiales y la belleza
extraordinaria de la
tierra en sí misma.
Una gran parte de estos
daños es irreversible en
una escala de siglos o
hasta permanentemente.
Otros procesos también
parecen representar
amenazas adicionales. El
aumento de los niveles
de gases en la atmósfera
proveniente de las
actividades humanas,
incluyendo al dióxido de
carbono emitido por la
quema de combustibles
fósiles y por la
deforestación, puede
alterar al clima en una
escala global. Las
predicciones del
calentamiento global aún
son inciertas, con una
variación de los efectos
proyectados desde
tolerables hasta severos.
Sin embargo, los riesgos
son muy grandes.
Nuestra manipulación
masiva de la
interdependiente red de
vida del mundo,
conjuntamente con los
daños ambientales
inflingidos por la
deforestación, la
pérdida de las especies
y el cambio climático,
pueden provocar amplios
efectos adversos. Éstos
incluyen colapsos
impredecibles de
sistemas biológicos
críticos cuyas
interacciones y dinámica
solo comprendemos en
forma imperfecta.
La incertidumbre sobre
el alcance de estos
efectos no puede excusar
la complacencia o el
retardo en la búsqueda
de soluciones para
enfrentar a la amenaza.
La Población
La tierra es finita. Su
habilidad de absorber
desperdicios y efluentes
destructivos es finita.
Su habilidad de proveer
alimento y energía es
finita. Su habilidad de
proveer recursos para
una población humana en
aumento es finita.
Estamos acercándonos
rápidamente a muchos de
los límites de la tierra.
Las prácticas económicas
actuales que causan daño
al medio ambiente, tanto
en países desarrollados
como en países en
desarrollo, no pueden
continuar sin
arriesgarnos a dañar
irreversiblemente a los
sistemas globales
vitales.
Las presiones
resultantes de un
crecimiento incontrolado
de la población ponen
demandas sobre el mundo
natural que pueden
abrumar a todos los
esfuerzos que pongamos
para alcanzar un futuro
sostenible. Si queremos
detener a la destrucción
del medio ambiente,
debemos aceptar que hay
límites a ese
crecimiento de la
población. Un estimado
del Banco Mundial indica
que la población humana
no se estabilizará en un
número menor a 12 mil
400 millones mientras que
las Naciones Unidas
concluyeron que el
número total eventual
puede alcanzar los 14
mil millones, casi el
triple de los actuales 5
mil 400 millones. Sin
embargo, en este momento,
una de cada cinco
personas vive a un nivel
de pobreza absoluta sin
tener suficiente que
comer, y una de cada
diez sufre de
malnutrición severa.
Nos quedan de una a
varias décadas antes de
perder la
oportunidad de evitar
los riesgos que ahora
enfrentamos,
disminuyendo así
inmensurablemente los
prospectos para la
humanidad.
Una Advertencia
Los abajo firmantes,
miembros de rango de la
comunidad científica
mundial, damos aquí una
advertencia a toda la
humanidad sobre lo que
enfrentamos en el futuro.
Se requiere un gran
cambio en la forma en
que manejamos a la
tierra y a la vida en
ella, con el fin de
evitar una vasta miseria
en la humanidad y la
mutilación irreparable
de nuestro hogar global
en el planeta.
Lo que debemos hacer
Debemos enfrentar
simultáneamente a cinco
áreas que están
inextricablemente
enlazadas:
-
Debemos poner bajo
control a las
actividades que
causan daños al
medio ambiente con
el fin de restaurar
y proteger la
integridad de los
sistemas de la
tierra de los cuales
dependemos.
-
Debemos, por ejemplo,
alejarnos de los
combustibles fósiles
y acercarnos a
formas más benignas
e inexhaustibles de
energía con el fin
de disminuir las
emisiones de gases
de invernadero y la
contaminación de
nuestro aire y
nuestras aguas.
-
Se debe dar
prioridad al
desarrollo de
fuentes de energía
que estén en armonía
con las necesidades
del tercer mundo, es
decir, formas de
pequeña escala y
fáciles de
implementar.
-
Debemos detener a la
deforestación, al
daño y pérdida de
tierras agrícolas y
a la pérdida de las
especies de plantas
y animales
terrestres y marinos.
-
Debemos manejar más
efectivamente a los
recursos vitales
para el bienestar
humano.
-
Debemos dar una alta
prioridad al uso
eficiente de la
energía, del agua y
de otros materiales,
incluyendo la
expansión de la
conservación y del
reciclaje.
-
Debemos estabilizar
a la población. Esto
solo será posible si
todas las naciones
aceptan que esto
requiere tanto la
mejora de las
condiciones
socioeconómicas como
la adopción de la
planificación
familiar efectiva y
voluntaria.
-
Debemos reducir y,
eventualmente,
eliminar a la
pobreza.
-
Debemos garantizar
la igualdad de los
sexos y garantizar
el control de la
mujer sobre sus
propias decisiones
reproductivas.
Hoy en día, las naciones
desarrolladas son los
mayores contaminadores
en el mundo. Ellas deben
reducir grandemente su
propio consumo excesivo
si de verdad queremos
reducir las presiones
sobre los recursos y
sobre el medio ambiente
global. Las naciones
desarrolladas tienen la
obligación de proveer
ayuda y apoyo a las
naciones en desarrollo,
porque solo las naciones
desarrolladas poseen los
recursos financieros y
las habilidades técnicas
para estas tareas.
El actuar en base a este
reconocimiento no es
altruismo, sino interés
propio inteligente:
seamos o no
industrializados, todos
tenemos un solo bote
salvavidas. Ninguna
nación escapará al daño
cuando maltratemos o
destruyamos a los
sistemas biológicos
globales. Ninguna nación
podrá escapar a los
conflictos sobre el
aumento en la escasez de
los recursos. Además,
las inestabilidades
ambientales y económicas
van a causar migraciones
masivas con
consecuencias
incalculables tanto para
los países en vías de
desarrollo
como en desarrollo.
Las naciones en
vías de desarrollo deben
comprender que el daño
al medio ambiente es una
de las mayores amenazas
que ellas enfrentan y
que cualquier intento de
suavizar este impacto
será abrumado si sus
poblaciones siguen
creciendo sin control.
El mayor peligro es el
verse atrapados en una
espiral de deterioro
ambiental, pobreza y
disturbios, llevando al
colapso social,
económico y ambiental.
El éxito en esta tarea
global requerirá una
gran reducción de la
violencia y de la guerra.
Los recursos que ahora
se dedican a la
preparación y conducción
de guerras, los cuales
sobrepasan un millón de
millones de dólares cada
año, serán altamente
necesarios para
financiar a estas nuevas
tareas y deberán ser
redirigidos hacia estos
nuevos retos.
Se requiere una nueva
ética, una nueva actitud
sobre la descarga de
nuestra responsabilidad
sobre el cuidado de la
humanidad y de la tierra.
Debemos reconocer la
limitada capacidad de la
tierra para proveernos
de recursos. Debemos
reconocer su fragilidad.
No debemos permitir más
que sea saqueada. Esta
ética debe motivar a un
gran movimiento; debe
convencer a los líderes
reacios, a los gobiernos
reacios y a las personas
reacias mismas de llevar
a cabo los cambios
necesarios.
Los científicos que
emiten esta advertencia
esperan que nuestro
mensaje alcance y afecte
a la gente en todo el
mundo.
-
Necesitamos la
ayuda de muchos.
-
Requerimos la
ayuda de la
comunidad mundial
de científicos.
-
Requerimos la
ayuda de los
líderes
industriales y de
negocios del mundo.
-
Requerimos la
ayuda de los
líderes religiosos
del mundo.
-
Requerimos la
ayuda de la gente
del mundo.
-
Hacemos un llamado
a todos para que
se unan a nosotros
en esta tarea.
© 1992, Unión de
Científicos Preocupados.
Reimpreso bajo
autorización. Favor ver
políticas
de
reimpresión.
Sobre
el autor:
La
Advertencia de los
Científicos del Mundo a
la Humanidad fue escrita
y liderada por el
difunto Henry Kendall,
antiguo presidente de la
junta directiva de la
Unión de Científicos
Preocupados. La UCP es
una organización de
acción compuesta de
ciudadanos y científicos
que están preocupados
sobre temas ambientales
y científicos.
http://www.ucsusa.org |