Los microorganismos,
tales como las bacterias,
los Archaea (archeabacteria),
los hongos, las algas,
los virus y los
protistas, son a menudo
fáciles de ignorar. Por
su mayor parte no los
podemos ver, con la
excepción de los cuerpos
reproductivos
productores de esporas
de los hongos. Los
efectos de los microbios
que podemos sentir se
encuentran generalmente
asociados con
enfermedades. La mayor
parte de la gente sabe
que las bacterias y los
virus pueden actuar como
"gérmenes" y producir
enfermedades. Debido a
esto, parece ser
perfectamente aceptable
el tratar de eliminarlos
completamente del
ambiente utilizando
agentes antibacteriales
(los cuales se pueden
encontrar en una gran
cantidad de productos,
desde el jabón para las
manos hasta en las
medias deportivas) y
antibióticos. Sin
embargo, el uso actual
de los antibióticos y de
los agentes
antibacteriales está
cambiando la naturaleza
de los microbios en el
ambiente, creando
gérmenes que son más
difíciles de combatir y
eliminando a algunos
microbios beneficiosos.
El papel beneficioso
de los microorganismos
Los microorganismos son
esenciales para nuestra
existencia. Son
ubicuitos, encontrándose
en todos los ambientes
comunes tales como el
suelo, el agua y el aire
así como también en
lugares exóticos y
diversos tales como las
fumarolas o chimeneas
hidrotermales en los
mares profundos y en
lagos de aguas calizas.
En estos ambientes
naturales los
microorganismos cumplen
funciones muy
específicas. Ellos son
responsables del
reciclaje de nutrientes
en el suelo y de la
purificación de las
aguas. También usamos a
los microorganismos en
ambientes construidos
donde sirven funciones
específicas útiles a
nosotros.
-
Reciclaje de
nutrientes. Cuando
las plantas y los
animales consumen
nutrientes, éstos
dejan de estar
disponibles a otros
organismos vivientes.
Cuando las plantas y
los animales mueren,
los nutrientes
permanecen en el
cuerpo o cadáver. Si
este material muerto,
o detritus, no es
fragmentado y
descompuesto por los
microbios, esos
nutrientes nunca
podrán estar
disponibles para
sostener la vida de
otros organismos.
Existe una cantidad
finita de nutrientes
en el ambiente y
simplemente no
podemos hacer más.
Los nutrientes
atrapados en el
detritus deben ser
liberados para que
la vida pueda
continuar. La
población de
microbios en el
ambiente es
responsable de este
reciclaje de
nutrientes.
-
La salud. Nuestra
salud depende de una
población de
microbios llamada la
microbiota. El
cuerpo humano
transporta adentro o
sobre sí mismo una
población de
microbios que es
diez veces más
numerosa que el
número de células en
el cuerpo. Estas
bacterias buenas que
viven sobre y dentro
de nosotros nos
protegen de los
invasores malos que
podemos enfrentar.
Sin estas bacterias
buenas, las
bacterias malas
pueden entrar y
fácilmente causarnos
problemas. Nuestra
propia digestión ha
evolucionado para
usar a las bacterias
como asistentes,
permitiéndonos
aprovechar mejor los
nutrientes que
provienen de los
polisacáridos de las
plantas que nuestras
propias enzimas no
pueden degradar.
Esta es una de las
razones por la cual
el uso de
antibióticos puede
llevar a episodios
de diarrea. Los
antibióticos
perturban a nuestra
biota o "flora"
intestinal natural.
-
Alimentos. Los microbios han sido
usados por siglos
para producir
alimentos. El pan es
el resultado de la
fermentación de los
azúcares para
producir dióxido de
carbono, que son las
burbujas que causan
que la masa del pan
levante. Le debemos
la cerveza y el vino
a unas pequeñas
levaduras que
conviertes el azúcar
en alcohol para
nuestro consumo. El
yogurt y el queso
son producidos por
la fermentación
bacterial de la
lactosa, el azúcar
de la leche. Los
microorganismos como
el fitoplancton
también sirven como
una fuente de
nutrientes que
indirectamente
alimenta a todos los
animales marinos. Y
las simbiosis
microbianas con las
plantas les permiten
a éstas crecer
fuertes y aumentar
la productividad y,
a veces, hasta son
esenciales para la
propia supervivencia
de las plantas.
-
Biodegradación. Los microorganismos son
responsables de
eliminar los
desechos generados
por la industria y
por los hogares.
Ellos detoxifican el
drenaje ácido de las
minas y otras
toxinas que
desechamos en el
suelo y en las aguas.
Los nutrientes
generados por la
descomposición de
estos productos
continúan su viaje
alimentando a las
plantas o a las
algas, las cuales a
su vez alimentan a
todos los animales.
-
Tratamiento de Aguas
Servidas. Cuando
nosotros eliminamos
desechos en los
drenajes o en los
inodoros, ellos van
a parar a un sistema
séptico o a una
planta de
tratamiento de
desechos líquidos al
final de la línea.
Después del
tratamiento mecánico
preliminar y de la
aeración, los
microbios remueven
los materiales
orgánicos de las
inmundas aguas
servidas que fluyen
a estos sistemas y,
eventualmente, el
agua puede ser
finalmente regresada
a los ríos y arroyos
con seguridad. Hasta
el metano producido
durante el
tratamiento puede
ser usado para
generar calor y
electricidad que
ayudan a mantener a
la operación.
-
Biosíntesis. Hemos
descubierto que los
microorganismos
también son útiles
para construir cosas.
Los productos como
la goma xantan (un
espesante para
alimentos) son
cosechados de los
productores
bacterianos. La
mayor parte de
nuestra vitamina
B12, de la
riboflavina y de la
vitamina C es
producida por la
fermentación
bacteriana.
Aproximadamente el
70% de los
antibióticos que se
usan actualmente
también son producto
de la fermentación
bacteriana.
Las fuentes de
los antibióticos en
el ambiente
A pesar de todos los
beneficios de tener
una población
saludable de
microbios, añadimos
al ambiente más de 1
millón de libras
(453.600 Kg.) de
antibióticos y
agentes
antibacteriales cada
semana. hay varias
rutas a través de
las cuales los
agentes anti-microbianos
entran al ambiente.
Varios estudios han
mostrado que la
introducción por
estas rutas ha
cambiado la
susceptibilidad de
los microbios en
esos ambientes y/o
ha cambiado a los
microbios
predominantes.
-
Aguas Servidas.
No todos los
antibióticos que
tomamos son
procesados por
nuestro cuerpo.
Algunos de ellos
son expulsados
como desecho y
vienen a parar
en las plantas
de tratamiento
de agua. Un
estudio mostró
que el 46.4% de
las bacterias
aisladas del
material de
desecho
producido
después del
tratamiento del
agua de una de
estas plantas
poseían
resistencia a
múltiples
antibióticos. Se
ha demostrado
que las aguas
servidas de los
hospitales y de
las fábricas de
farmacéuticos
colaboran en la
aparición de la
resistencia a
antibióticos en
las plantas de
tratamiento. Los
ríos
contaminados con
efluentes
urbanos y con
aguas que se
escurren de las
áreas agrícolas
poseen más
poblaciones de
bacterias
resistentes a
los antibióticos
que las áreas
río arriba de
las fuentes de
la contaminación.
La resistencia a
los antibióticos
en los ríos es
seleccionada
indirectamente
por el aumento
en los desechos
industriales que
contienen
metales pesados.
-
Desechos médicos.
La prescripción
de antibióticos
en las
instituciones
médicas
inevitablemente
produce desechos.
Las descargas de
los hospitales
han mostrado un
aumento en las
poblaciones de
bacterias
resistentes a
ciertos
antibióticos
tales como la
oxitetraciclina.
-
La Producción.
La venta de
antibióticos en
el mundo es
aproximadamente
de $8,000
millones al año.
Cada año se
producen 50
millones de
libras (22,68
millones de
Kg.), de los
cuales el 50%
está prescrito
para el uso
humano. Las
descargas de
agua de desecho
de las plantas
farmacéuticas
han sido
asociadas con un
aumento en la
resistencia a
antibióticos
(simple o
múltiple) en
organismos
indicadores.
-
Productos
caseros. En los
últimos 5 años,
se han
introducido a
mercado más de
700 productos "antibacteriales"
para el uso
doméstico. Éstos
incluyes medias
deportivas,
pastas de
dientes,
plásticos para
la cocina,
cemento y
pinturas. Los
ingredientes
antibacteriales
más comunes en
estos productos
son el triclosán,
compuestos
amoniacales
cuaternarios,
alcohol y
blanqueadores.
La resistencia
de los microbios
a cada uno de
estos compuestos
ha sido
documentada en
la naturaleza y
en algunos
patógenos
humanos. Estos
productos
eventualmente
vienen a parar
en las aguas
servidas o en
los basureros
después de ser
usados en
nuestras casas.
-
Uso en los
cultivos. Aproximadamente
unos 300,000
libras (136.080
Kg.) de
antibióticos son
usados en las
plantas de
producción cada
año. Estos
antibióticos son
atomizados o
fumigados en
cultivos de alto
valor, como por
ejemplo, en
árboles frutales,
para prevenir
infecciones
bacterianas.
Este uso puede
seleccionar la
resistencia
bacteriana en
nuestros
cultivos. No
todo lo que se
fumiga le llega
a la fruta. La
mayor parte de
los antibióticos
terminan en el
suelo y
eventualmente
llegan a las
aguas
subterráneas.
-
Producción
animal. Los antibióticos son
añadidos
comúnmente a
niveles sub-terapéuticos
en el alimento
animal con el
fin de promover
el crecimiento.
También son
añadidos a las
aguas en
acuicultura.
Cada año, los
animales que
consumimos
reciben unos 24
millones de
libras (casi 11
millones de Kg.)
de antibióticos.
La resistencia a
los antibióticos
en nuestro
alimento se ha
convertido en
una preocupación
a nivel de salud
debido a esta
práctica. Las
bacterias
resistentes a
las drogas tales
como Salmonella
typhimurium,
Escherichia coli
y Enterococcus
han aumentado
clínicamente, a
medida que
aumenta el uso
de antibióticos
en los animales.
También es
posible que
nuestra
microbiota
entérica normal
esté ganando
resistencia a
los antibióticos
debido a la
exposición a
alimentos
provenientes de
animales
tratados. Una
teoría popular
es que las
variedades de la
bacteria
Enterococcus (VRE)
(causante de
infecciones
post-quirúrgicas)
resistentes a la
vancomicina han
aumentado en
Europa debido al
uso del
antibiótico
avoparcina como
un promotor del
crecimiento en
animales. Sin
embargo, por lo
menos un estudio
ha demostrado
que el VRE
ocurre raramente
en la carne
molida de res y
de cerdo. Se ha
demostrado que
el uso de la
oxitetraciclina
en la
acuicultura
causa un cambio
estacional en
las especies de
bacteria hacia
el grupo de las
Enterobacteriaceae,
además de estar
asociado a un
aumento en la
resistencia a
los
antibióticos.
Mecanismos de
dispersión de la
resistencia a
los antibióticos
Los antibióticos
no causan, por
sí mismos, la
resistencia.
Ellos permiten
que las
variedades
resistentes que
ocurren
naturalmente en
una población
sobrevivan y se
reproduzcan,
mientras que
aquellos
individuos sin
el factor de
resistencia,
mueren. Una vez
establecida en
la población
bacteriana, la
resistencia a
los antibióticos
se puede
dispersar
rápidamente.
Algunas
bacterias pueden
obtener
resistencia de
otras especies
en un fenómeno
conocido como
transferencia
horizontal de
genes. La
resistencia a
los antibióticos
se encuentra
codificada en el
ADN, el patrón
genético de la
vida. Las
bacterias son
capaces de
intercambiar el
ADN,
especialmente en
forma de
plásmidos (círculos
pequeños y auto-replicantes
de ADN) y pasar
así la
resistencia
rápidamente.
-
Conjugación.
Las bacterias
pueden
fusionarse e
intercambiar
plásmidos y,
a veces,
fragmentos
de
cromosomas.
El aumento
en la
movilización
de plásmidos
ha sido
asociado con
el uso de
antibióticos
en la cría
de cerdos.
Estos
plásmidos
poseen un
amplio grupo
de huéspedes
y pueden
cruzar las
líneas de
los géneros
durante la
transferencia.
-
Transfección.
Los virus pueden
infectar a
las
bacterias y
a los hongos,
pasando
genes de un
organismo
infectado a
otro. Estos
genes a
veces
codifican
factores de
resistencia.
El uso de
antibióticos
promotores
de
crecimiento
en la cría
de animales
puede
aumentar la
cantidad de
fagos libres
en el
intestino y
puede
contribuir a
la
dispersión
de la
resistencia
a los
antibióticos.
-
Transformación. Cuando una
bacteria
lleva a cabo
la lisis en
su ambiente,
otras
bacterias
que están
activamente
creciendo en
los
alrededores
pueden
recoger
parte de su
ADN. Este es
otro de los
mecanismos
de
dispersión
de la
resistencia,
dado que los
plásmidos (incluyendo
a los
plásmidos de
resistencia,
o plásmidos
R) son más
fácilmente
utilizados
por las
bacterias
recipientes
que el
material
cromosómico.
Se ha
demostrado
que las
poblaciones
microbianas
cambian
después de
la
exposición a
los
antibióticos
y a los
agentes
antibacteriales.
Estamos
observando
un aumento
en la
resistencia
a los
antibióticos
en todo el
mundo.
Algunas
enfermedades
que antes
eras
susceptibles
al
tratamiento
con
antibióticos
ahora no son
tratables.
De acuerdo a
Centro de
Control de
Enfermedades
(CDC en sus
siglas en
inglés),
aproximadamente
el 70% de
las
infecciones
que la gente
adquiere
mientras
están
hospitalizadas
es
resistente a
por lo menos
un
antibiótico.
La
resistencia
a los
antibióticos
está
sobrepasando
rápidamente
nuestra
habilidad de
sintetizar
nuevas
drogas. Aún
cuando solo
una pequeña
proporción
de las
bacterias en
nuestra vida
pueden ser
potencialmente
dañinas,
estamos
perdiendo
nuestro
arsenal para
tratar a
estas
infecciones
raras.
Deteniendo
la
dispersión
de la
resistencia
a los
antibióticos
La
resistencia
a los
antibióticos
es
inevitable.
Sin embargo,
hay algunas
acciones que
nosotros,
como
consumidores,
podemos
tomar para
controlar la
dispersión
de la
resistencia
a los
antibióticos.
-
No use
antibióticos
para el
tratamiento
de
infecciones
virales,
tales
como la
gripe
común,
los
dolores
de
garganta,
o la
influenza.
Los antibióticos
no
tienen
efecto
sobre
las
enfermedades
virales.
El usar
antibióticos
en forma
inapropiada
simplemente
lleva a
que
lleguen
más
antibióticos
a las
aguas
servidas
y a que
aumente
el
número
de
bacterias
resistentes
a los
antibióticos
en su
propia
microbiota.
-
Tome el
tratamiento
completo
de
antibióticos
cuando
le sean
prescritos. Parar el
tratamiento
cuando
uno se
empieza
a sentir
mejor
quiere
decir
que
algunas
bacterias
en el
cuerpo
fueron
expuestas
solamente
a
pequeñas
dosis
del
antibiótico
y pueden
haber
sobrevivido.
Ellas
ahora
son
resistentes
a
pequeñas
cantidades
de
antibiótico.
La
próxima
vez que
usted
tenga
una
infección
será más
difícil
eliminarlas.
-
Evite el
uso
indiscriminado
de
productos
antibacteriales
caseros. Nosotros
necesitamos
a las
bacterias
que nos
rodean y
es
posible
que al
tratar
de
eliminarlas
estemos
causando
daño. Al
introducir
productos
antibacterianos
en los
rellenos
sanitarios
y en las
plantas
de
tratamiento
de aguas
servidas
estamos
garantizando
que solo
los
microbios
resistentes
a estos
productos
sobrevivan.
Existen
investigaciones
que
están
tratando
de
determinar
si
estamos
seleccionando
la
creación
de
poblaciones
de
bacterias
resistentes,
causando
así que
estos
agentes
antibacteriales
(como
los
antibióticos)
pierdan
su
efectividad
o
perturben
la
efectividad
de las
plantas
de
tratamiento
o del
ciclo de
nutrientes
en el
suelo.
Utilice
jabones
antibacterianos
solamente
cuando
esta
trabajando
con
individuos
enfermos
o que
tengan
sus
sistemas
inmunes
comprometidos.
-
Lávese
las
manos.
La mejor
manera
de
detener
la
dispersión
de
infecciones
bacterianas
en
siguiendo
simples
medidas
higiénicas.
El
lavarse
las
manos
con agua
tibia
jabonosa
por
veinte
minutos
es
suficiente
para
eliminar
a la
mayoría
de los
patógenos
potenciales.
También
asegúrese
de lavar
bien las
frutas y
los
vegetales
antes de
comerlos.
Conclusión
Los
microbios
son una
parte
esencial
de toda
la vida
en la
tierra.
La
adición
de
antibióticos
y
compuestos
antibacteriales
está
cambiando
a las
poblaciones
bacterianas
del
suelo,
de las
aguas y
a
nuestra
propia
microbiota.
El
reconocimiento
de las
numerosas
e
invaluables
funciones
de los
microbios
deberá
disminuir
la fobia
a los
gérmenes
tan
prevaleciente
en las
sociedades
occidentales.
© 2001, American
Institute of Biological
Sciences. Los educadores tienen
permiso de reimprimir
artículos para su uso en
las clases; otros
usuarios por favor
comunicarse con
el
editor
para solicitar
permisos de reimpresión.
Por favor ver
políticas de reimpresión.
Sobre el autor:
La Dra.
Maura
Meade-Callahan
es
profesora
de
biología
en el
Allegueny
College
en
Meadville,
Pennsylvania,
donde da
clases
de
biología,
microbiología
y
resistencia
a los
agentes
anti-microbianos
en
bacterias.
Finalizó
su
doctorado
en
patología
vegetal
en la
Universidad
Estadal
de
Carolina
del
Norte.
Ella
participa
en un
proyecto
de ética
a nivel
graduado
de la
Asociación
para la
Ética
Práctica
y
Profesional
y en
varios
aspectos
de la
educación
a nivel
de pre-grado
en
microbiología
a través
de la
Sociedad
Americana
de
Microbiología.
También
sirve
como
árbitro
de
varias
revistas
científicas,
libros
de texto
y sitios
Web.
Julio
2003: La
Dra.
Callahan
actualmente
trabaja
en el
Departamento
de
Ciencias
Biológicas
de la
Universidad
Rowan en
Glassboro,
New
Jersey.
http://www.rowan.edu/ph/ph.pl?action=search
(inserte
"meade-callahan") |
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dado que la mayoría de
los artículos citan
fuentes en el idioma
inglés.
» Alekshun, M.N. and
S.B. Levy. 1999. "The
mar regulon:
multiple resistance to
antibiotics and other
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Trends Microbiol 7:
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1998. "The challenge of
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» McMurray L.M.,
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1998. "Triclosan targets
lipid synthesis."
Nature 394: 531-2.
» Meade, M.J. and
T.M. Callahan. 2000.
"Unique mechanism of
triclosan resistance
identified in
environmental isolates."
Abstracts of the 100th
annual meeting of the
American Society for
Microbiology, Los
Angeles, CA.
» Meade, M.J.
2000. "The horror in
your hand soap:
triclosan resistance in
environmental microbes."
Presentation at Slippery
Rock University.
» Rook, G.A.W.
and J.L. Stanford. 1998.
"Give us this day our
daily germs." Immunol
Today 19: 113-6.
» Russell, A.D.
et al. 1998. "Possible
link between bacterial
resistance and use of
antibiotics and
biocides." Antimicrob
Agents Chemother,
42: 2151.
|